SOCIEDAD DE BIBLIÓFILOS CHILENOS, fundada en 1945

Chile, fértil provincia, y señalada / en la región antártica famosa, / de remotas naciones respetada / por fuerte, principal y poderosa, / la gente que produce es tan granada, / tan soberbia, gallarda y belicosa, / que no ha sido por rey jamás regida, / ni a extranjero dominio sometida. La Araucana. Alonso de Ercilla y Zúñiga

My Photo
Name:
Location: Santiago de Chile, Región Metropolitana, Chile

Editor: Neville Blanc

Sunday, December 02, 2007

MIRADA DE MARIA GRAHAM



Reportajes
La mirada indiscreta de María Graham

Cristóbal Peña
La Tercera

No hay evidencias de que la británica María Graham haya leído a Francis Bacon, pero pudo ser influida por la sugerencia que su compatriota había dictado a principios del siglo XVII en el ensayo Sobre el Viaje. "El viaje es para el joven una parte de su educación, para el mayor, parte de su experiencia. Es extraño que en los viajes por mar, cuando no hay nada que ver, sino cielo y océano, la persona escriba un diario; en cambio, en los viajes por tierra, cuando hay mucho que mirar, no se haga, como si el azar pudiera registrar mejor que la observación. Por eso, hagamos que los diarios se pongan en uso".

Dos siglos después de lanzado el desafío, los diarios de viaje estaban de moda en Inglaterra y María Graham desembarcaba en Valparaíso dispuesta a escribir el suyo. En rigor, las primeras páginas ya estaban trazadas antes de avistar territorio chileno, por el infortunio ocurrido a bordo de la fragata Doris al cruzar el Cabo de Hornos. Allí murió su esposo, el capitán Thomas Graham, alterándose el rumbo de su vida y su escrito: el nuevo trataría casi exclusivamente de su estada, fortuita aunque voluntaria, en un país que asomaba a la vida independiente.

La oportunidad es el primer mérito de la obra de Graham sobre Chile, publicada originalmente en Inglaterra, dos años después de dejar el país, con el título Diario de mi Residencia en Chile en el Año 1822. En esa época dominada por los trastornos políticos propios del nacimiento de una nación, casi nadie parecía muy interesado en retratar lo que estaba ocurriendo en una sociedad que forjaba su identidad. Están los relatos costumbristas de Vicente Pérez Rosales y José Zapiola, pero ninguno de los dos mostró la agudeza, precisión y sensibilidad de Graham.

Atendiendo a la recomendación de Bacon, quien en el citado ensayo sugiere al viajero infiltrarse en el país anfitrión para registrar todo cuanto pueda descubrir de él, la cronista recorrió gran parte de la zona central y fue anotando sus impresiones sobre la sociedad chilena.

El diario resulta fundamental para entender al Chile de entonces y el de hoy, sorprendentemente cercanos, para bien y para mal, y prueba de su valor histórico y literario son las múltiples ediciones que se han sucedido desde que en 1902 Editorial Cervantes lo publicara por primera vez en español, con traducción de José Valenzuela Dooner.

Sin embargo, las ediciones conocidas hasta ahora se limitaron a reproducir la traducción de Valenzuela, actualizando algunos términos y, en no pocos casos, omitiendo fragmentos. Una reciente edición del Diario…, traducido por María Ester Martínez y Javiera Palma y publicado por el sello Norma, pretende subsanar dichas omisiones y entregar una lectura corregida y actualizada del original.

Chile exótico

El 20 de mayo de 1822, poco después de su arribo a Valparaíso, anota: "Es un día triste. La Doris zarpó temprano y nuevamente me siento sola en el mundo; en el barco van las únicas relaciones y conocidos que tengo en este vasto país (…) No puedo olvidar que soy una viuda desprotegida en una tierra extranjera, alejada de todos mis amigos por vías distantes y protegidas".

Llegada por la fuerza del azar, y aparentemente sin más motivación de permanecer en Chile que la reticencia a seguir viaje en el barco donde ha muerto su marido, la mujer de 32 años, hija de marino y viuda de otro que la han acostumbrado a deambular por el mundo, se verá inserta en un país que a sus ojos resulta exótico y estimulante, caracterizado por "la natural bondad y gentileza" de sus habitantes, no obstante algunas costumbres le parezcan dignas de censura. "Se considera una muestra de la mayor amabilidad el sacar alimentos del propio plato y ponerlo en el de un amigo, y nadie tiene escrúpulos de servirse de otro plato con la misma cuchara o cuchillo con la que ha estado probando o incluso comiendo de la fuente".

Ella es una mujer cosmopolita, refinada y culta, en medio de un país remoto, escasamente poblado y, a su juicio, demasiado pendiente de sí mismo. Recién asentada en Valparaíso, una de sus primeras impresiones alude al comentario de una vecina, "quien no puede comprender que no me entretenga en fisgonear en los afanes de los sirvientes o visitas". Más tarde, tras asistir a un convento de monjas de Santiago, anota que "durante el corto tiempo que me quedé cerca de la estufa, escuché más chismes de los que había escuchado en meses".

Como si atisbara la trascendencia histórica que tendrá su diario, María Graham dedicará gran parte del tiempo a desplazarse por el centro del país, conocer sus costumbres y entablar relaciones. No está acá para descansar o hacer turismo, ni siquiera para ganar experiencia y cultivarse. Hay en ella un afán documental que guiará cada una de sus acciones, y como es una observadora aguda, acuciosa, en muchos casos severa, sus escritos cobran un valor más allá de lo antropológico: la cronista puede describir con igual destreza y precisión la rueda de una carreta, una flor autóctona y las bondades de un vino blanco.

Pero ella proviene de otra cultura, influida por el liberalismo del siglo XIX, y cuando se refiere a la política y la economía del país -lo que ocurre frecuentemente-, sus juicios suelen ser condenatorios. No entiende el atraso en que vive el país ni comparte muchas de las normas que regulan la economía, "tan contrarias al sentido común, que hasta un niño se daría cuenta de ello".

La religión es caso aparte. Esta mujer liberal y protestante no concibe que el pueblo viva pendiente de los santos y sus festividades. "¡Oh! Si tuviese poder para influir aquí, acabaría con estos funestos establecimientos", dice de conventos y casas de ejercicios. "Incluso, cuando no causan, como en este caso, extravío, fomentan la intolerancia, el prejuicio y el fanatismo".

El amigo Cochrane

El de María Graham no es un diario de vida. No hay, salvo contadas excepciones, confesiones que den cuenta de su vida íntima. Ella no es lo importante, sino lo que ocurre a su alrededor. Sin embargo, sus escritos aparecen como la principal evidencia del supuesto amorío que mantuvo con Lord Cochrane, a quien había conocido unos años antes en Inglaterra. "Aunque no es atractivo, Lord Cochrane tiene un semblante que induce, una vez que uno lo ha mirado, a mirarlo una y otra vez", anota tras uno de los primeros de sus múltiples encuentros.

En ningún momento deja traslucir sus sentimientos hacia él, ni menos describe alguna escena amorosa. Pero no ahorra elogios, en algunos casos excesivos, hacia su más fiel amigo en Chile y con el que dejará el país a principios de 1823. "Todo está listo para embarcar", anota el 17 de enero de ese año. "Esta mañana subí con Lord Cochrane a las cimas de la mayoría de los cerros que hay entre la casa de La Herradura y el mar. Quizás sea esta la última vez que él recorra estos parajes por los que tanto ha hecho y yo con toda probabilidad jamás volveré a este lugar, donde, a pesar de tanto sufrimiento, tuve tantos y tan gratos momentos".


En sus propias palabras

Los chilenos son extremadamente litigantes; consideran honroso participar en un pleito, aunque el pleito generalmente dura años y arruina más familias que todas las otras causas de ruina, excepto el juego".

A juzgar por lo que he visto, los hombres chilenos son una raza muy fea y menos refinada que las mujeres, que son hermosas, y lo que es más, son damas; poseen una cortesía natural y modales afectuosos, encantadores, sin embargo, algunos de sus hábitos son desagradables".

(Bernardo O'Higgins) Es modesto y simple y sencillo en sus modales, sin atribuirse nada a sí mismo (…) Es bajo, gordo, sin embargo, muy atractivo: sus ojos azules, cabello claro y su tez rosada y poco refinada no esconden su ascendencia irlandesa, mientras que sus manos y pies muy pequeños y cortos pertenecen a su pedigree araucano".

Circuit City Coupon
Circuit City Coupon