SOCIEDAD DE BIBLIÓFILOS CHILENOS, fundada en 1945

Chile, fértil provincia, y señalada / en la región antártica famosa, / de remotas naciones respetada / por fuerte, principal y poderosa, / la gente que produce es tan granada, / tan soberbia, gallarda y belicosa, / que no ha sido por rey jamás regida, / ni a extranjero dominio sometida. La Araucana. Alonso de Ercilla y Zúñiga

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Location: Santiago de Chile, Región Metropolitana, Chile

Editor: Neville Blanc

Wednesday, July 30, 2008

SBCH


SOCIEDAD DE BIBLIOFILOS CHILENOS
2008
DIRECTORIO
Y
SOCIOS DE NÚMERO,

DIRECTORIO
Presidente
Juan Agustín Figueroa Yávar
Secretario -Tesorero
Neville Blanc Renard
Directores
Eduardo Castro Le-Fort
Carlos Alberto Cruz Claro
Enrique Inda Goycoolea
Ezequiel Lira Ibáñez

SOCIOS DE NÚMERO
Ampuero, Roberto 27
Antúnez Aldunate, Jaime 99
Armengoli Castro, Jorge 5
Barros Franco, José Miguel 90
Bertelsen Repetto, Raúl 52
Blanc Renard, Neville 25
Boza, Cristián 71
Brunner Noerr, Helmut 83
Camus, Luis Alberto 39
Casanueva Préndez, Manuel 6
Castellón Covarrubias, Álvaro 95
Castro Le-Fort, Eduardo 98
Cortes Conejeros, Jose Olegario
Couyoumdjian Bergamali, J. Ricardo 65
Cruz Claro, Carlos Alberto 17
Cruz Cross, Jose Miguel de la
Director de la Biblioteca Nacional 44
Dougnac Rodríguez, Antonio 85
Edwards Valdés, Jorge 77
Eyzaguirre Quesney, Domingo 30
Ferrada V, Luis Valentín 21
Figueroa Yávar, Juan Agustín 15
Fuenzalida González, Roberto 37
Gajú de Estellé, Mercedes 4
Gallagher, David 43
García Huidobro Friefrau zu Knyphausen, Cecilia 38
Gazitua Calvo, Carlos 94
Guerrero del Rio, Eduardo 72
Guerrero del Rio, Roberto 46
Guzmán Brito, Alejandro 91
Guzmán Lyon, Roberto 7
Hamilton Donoso, James 93
Hampe Martínez, Teodoro 66
Hermosilla Rumil, Nurieldin 10
Ibáñez Santa María, Gonzalo 74
Illanes, Ana María 59
Inda Goycoolea, Enrique 58
Irarrázabal Covarrubias, Raúl 13
Irarrázabal Echeverría, Eugenio 47
Jara Lazcano, Alejandro 68
Jiménez Moraga, Sergio 79
Lafourcade, Enrique 42
Larraín Kimber, Gerardo 51
Larraín Valdés, Gerardo 50
Lecaros Izquierdo, Mario 60
Levine Contreras, Juan Guillermo 100
Lira Ibáñez, Ezequiel 45
Lira, Benjamín 28
Martínez Baeza, Sergio 70
Martínez Lemoine, René 62
Maturana Claro, Mario
Molina, Fernando 14
Oses Moya, Darío 2
Ossa Bulnes, Juan Luis 86
Pérez Aguilar, Patricio 64
Pérez Levetzow, Enrique 35
Pinochet de la Barra, Oscar 48
Pizarro Pizarro, Marino 36
Rector de la Universidad de Chile 92
Riveros, Luis
Rodríguez Villegas, Hernán 26
Salinas Concha, Francisco 55
Sánchez Edwards, Jaime 49
Serrano Mahns, Gustavo 41
Silva, Monseñor Luis Eugenio 24
Soffia Opazo, Alberto 78
Somarriva Quezada, Marcelo 76
Soto Gómez, Cesar 32
Stein Brygin, Rolando 97
Swett Lazcano, Ignacio 19
Trobok de Resezinski, Ruby 20
Valdés Perez, Salvador 11
Valenzuela Matte, Regulo
Vargas C, Juan Eduardo
Vargas Díaz, Ruperto 80
Vergara de García Huidobro, María Luisa 56
Vicencio Eyzaguirre, Felipe 96
Vinés Vásquez, Eugenio 8
Zegers Ariztía, Cristián 12
Zepeda Coll, Hugo 61
Zuniga Opazo, Alfonso 72

Monday, July 21, 2008

AHORA, Ediciones de Bibliofilia en ESPANA






AHORA, Ediciones de Bibliofilia se creó en Murcia en el año 2000 y ha publicado hasta el momento 14 libros de gran formato, 44 x 32 x 4´5 cms, con serigrafías y fotografías originales firmadas por los artistas.
El Ministerio de Cultura le ha concedido los tres siguientes Premios Nacionales a los Libros Mejor Editados de Bibliofilia, un Primer Premio a EL CANTAR DE LOS CANTARES en 2003, otro Primer Premio a LA ILUMINADA ROSA NEGRA en 2004 y un Tercer Premio a HISTORIA DE DETECTIVES en 2006. Además ha recibido la Insignia de Oro de AMUCA en 2005. Así como el Premio al Libro Murciano Mejor Editado del Año 2007.
ARCO, Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Madrid ha sido escenario de la participación de la Editorial los años 2003, 2004, 2005, 2006, 2007 y 2008. También ha estado presente en LIBER Feria Internacional del Libro de Madrid, en la Feria del Libro de Murcia, en Valencia.Art y en Encontro-Feira Proxecto-Edición de Pontevedra.
Isidoro Valcárcel Medina, Santiago Ydáñez, Javier Pérez, Sergio Belinchón, Paul Ekaitz, Rui Calçada Bastos, Antonio Mesones, Alberto Corazón, Ouka Leele, Cristóbal Gabarrón, Eduardo Úrculo, Nicolás de Maya, Manolo Belzunce, Antonio Martínez Mengual, Verónica Navarro, Alondra Bentley, Ángela Mula, Concha Martínez Barreto, Paulina Real, Ana Martínez, Eva Poyato, Katarzyna Rogowicz, Silvia Viñao, Lola Navarro, Carmen Baena, Carmen Navarro, Perla Fuertes, Rosa Martínez-Artero, Mercedes Alberdi, Rosa Vivanco, Miwako Yamaguchi, Carmen Artigas, Chelete Monereo, Vicente Ruiz, Ignacio García, Muher y Manuel Barnuevo han realizado serigrafías y fotografías originales para diferentes libros.
Han escrito textos, poemas o prólogos los siguientes autores: Juan Marsé, Francisco Brines, Luis Alberto de Cuenca, Arturo Pérez-Reverte, Isidoro Valcárcel Medina, Ouka Leele, Alberto Corazón, Miguel Ángel Hernández-Navarro, Francisco Calvo Serraller, Arnau Puig, Félix Duque, Pere Gimferrer, Fernando Castro Flórez, Ignacio Gómez de Liaño, Vicente Verdú, Carlos Marzal, Manuel Barrios, Mieke Bal, Francisco Javier Díez de Revenga, Sabrina van der Ley, Sergio Rubira, Miren Jaio, Katja Albers, Juan Botella, Carlos Valcárcel, Ángel Pina, Andrés Peláez y Germán Ramallo, además de los clásicos Dante Alighieri, Rey Salomón, Honoré de Balzac, Carmen Conde y Mary Shelley.
La Biblioteca Nacional, Centro Cultural Conde Duque, Biblioteca de Alejandría, Sede de la Comunidad de Madrid, Biblioteca Regional de Murcia, Museo Ramón Gaya de Murcia, Universidad de Córdoba, Asociación de la Prensa de Murcia, Palau de la Música de Valencia, Universidad de Murcia, Palacete de la Seda de Murcia, Palacio de los Fajardo de Cehegín y Museo Municipal de Arte Contemporáneo de Madrid, Pazo de Cultura de Pontevedra, Ayuntamiento de Cartagena, entre otros han presentado y expuesto los libros.
En las Ferias Internacionales del Libro de Frankfurt (Alemania), Madrid (España), Londres (Reino Unido) y Guadalajara (México) durante los años 2003, 2004 y 2006, se mostraron los libros premiados de la Editorial en los Stands Oficiales del Ministerio de Cultura.

Monday, July 14, 2008

PROYECTO DE INVESTIGACION DE BORIS MARQUEZ OCHOA

Don Alonso de Ercilla y Zuniga


La Araucana


Boris Marquez Ochoa, desde Concepcion, investiga sobre la bibliografia de La Araucana de Don Alonso de Ercilla y Zuniga.

Nos comenta que tiene la intención de realizar una bibliografía de la Araucana y de don Alonso de Ercilla, no solo de las ediciones del poema, sino, que además de los estudios referente a ella, como que buscando información encontro que en 1969, Manuel Santa María Campos escribió un ensayo del tema (“Ensayo bibliográfico de La Araucana), la dificultad se presenta debido a que en ninguna biblioteca de Concepción se encuentra el libro, por lo que debera consultarlo en Santiago o en algun coleccionista residente en Concepcion.
Nos comunica además que en Concepcion ha comprado tres libros que a su parecer pueden tener algo de valor (tomando en cuenta que en esta ciudad es difícil encontrar libros valiosos), estos son;




  • Reglamento/ del/ panteón General/ de Santiago de Chile, / Dictado/ por /El Supremo Gobierno/año de 1824/ colofón/ Imprenta Nacional. 20 p


  • Pedro Pizarro. Relación del descubrimiento y conquista de los reinos del Perú. Buenos Aires, Futuro, 1944. 211 p. (hasta donde se esta no se ha vuelto a editar)


  • Jorge Huneeus. La amistad Chileno-Argentina. Santiago, Imp. y litografía Barcelona, 1908. 83 p.

Damos la noticia para prestarle la ayuda correspondiente por aquellos coleccionistas de Concepcion o del pais, que puedan colaborar con el senor Boris Marquez Ochoa: bmarquezo@ussmail.cl
FUENTES BIBLIOGRAFICAS EN BIBLIOTECA CERVANTES:


Memoria Chilena lanza libro sobre religiosidad popular
Chile imágenes a lo humano y a lo divino, del fotógrafo Juan Francisco Bascuñán, es el primer lanzamiento virtual que se realiza en el portal de Memoria Chilena, proyecto de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos.

Cuasimodistas, devotos, cantantes, comerciantes, peregrinos, bailarines, cristos y diablos fueron retratados por Juan Francisco Bascuñán en el libro de fotografías sobre religiosidad popular Chile imágenes a lo humano y a lo divino.Este jueves 17 de julio a las 12.00 en http://www.memoriachilena.cl/ se lanza virtualmente esta publicación. El evento incluirá una presentación de Micaela Navarrete, jefa del Archivo de Literatura Oral y Tradiciones Populares de la Biblioteca Nacional de Chile, y del poeta y cantor a lo divino Manuel Gallardo; una muestra en flash de los aspectos más destacados del libro y la posibilidad de descargar los principales contenidos del volumen desde el sitio.Bascuñán cuenta que la idea de realizar este trabajo nació a partir de la pregunta quiénes somos los chilenos en la fe popular y, en sus palabras, el resultado fue “una mirada, una interpretación libre sobre un espacio donde se desarrolla uno de los aspectos más sinceros, puros y creativos de Chile”.Chile imágenes a lo humano y a lo divino contiene fotografías de nueve festividades religiosas celebradas en el país: la peregrinación a San Sebastián en Yumbel y a la virgen de Lo Vásquez, el Vía Crucis de Valparaíso, la fiesta de Cuasimodo de Renca, la de San Pedro de Loncura en Quintero, la de La Tirana, la de Andacollo, el carnaval de San Antonio de Padua en Santiago y el canto a lo divino en los Hornos de Aculeo.Además, el libro integra textos del fotógrafo y académico Juan Domingo Marinello y del antropólogo del Museo Chileno de Arte Precolombino Claudio Mercado, un calendario de las fiestas religiosas en Chile y las historias de las celebraciones abordadas en esta publicación realizadas por Colomba Elton, especialista en religiosidad popular. Esta obra también incorpora relatos de los protagonistas de las fiestas, como el del cantante callejero Mirko Nicoliche en Yumbel o del electricista Raúl Valdés que interpreta a Cristo en el Vía Crucis de Valparaíso, que dice: “El compadre Jorge, el chiquitito, que representa al verdugo pega de verdad. Nada es fingido. Las patadas, los latigazos, son de verdad. Yo me meto en eso, no veo gente ni escucho voces, y siento lo que en ese momento debe haber sentido Jesús”.“De muchas maneras, esta publicación se constituye en un álbum colectivo de nuestra memoria mística y por extensión de nuestra identidad visual”, explica Juan Domingo Marinello sobre la significación de Chile imágenes a lo humano y a lo divino.Con este lanzamiento Memoria Chilena, proyecto de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam) y la Biblioteca Nacional de Chile, pretende ampliar su rol en la difusión del patrimonio. “Esperamos que este tipo de actividades se repita y así convertirnos en una plataforma de promoción de fácil acceso de obras importantes para la formación de la identidad del país”, señala Ana Tironi, directora de la Biblioteca Nacional.

Sunday, July 13, 2008

DE ROKHA, EDICIONES

Homenaje Nuevas publicaciones:
El clan De Rokha
Pablo de Rokha fue siempre el más destacado y polémico, pero Winétt, su esposa, y sus hijos también hicieron honor a su apellido en el arte nacional.
Revista de Libros El Mercurio
JENNIFER ABATE
La imponente figura, polémica e influyente, de Pablo de Rokha, siempre ha apartado del carril del recuerdo la contribución artística de su esposa e hijos. La Biblioteca Nacional, Lom Ediciones, la Sociedad de Escritores de Chile y la Fundación De Rokha prometen dar una nueva mirada a la vitalidad creadora del clan de escritores y artistas. Conmemorando 40 años de la muerte del patriarca y en el marco de la exposición de su hija, "El tiempo circular. Pinturas de Lukó de Rokha", se realizarán en la Biblioteca Nacional una serie de homenajes a los integrantes de la familia que influyó gravitantemente en el panorama artístico nacional del siglo XX. A menos de dos meses de la muerte de Lukó, se han organizado una serie de actividades en torno a su exposición. Una de las más importantes tendrá lugar el martes 15: "Mesa redonda y recital sobre la influencia del clan De Rokha en la literatura chilena", donde participarán Naín Nómez, quizás el mayor conocedor de la obra de esta familia; Isabel Gómez, Juan Pablo del Río y Alejandro Lavquén. Por su parte, José Ángel Cuevas, Úrsula Starke, Marcelo Arce Garín, Ángela Montero y Camilo Brodsky leerán poemas de Pablo de Rokha.
La poeta olvidada
Luisa Anabalón Sanderson se convirtió en Winétt de Rokha después de conocer al poeta y casarse con él, en 1916. Desde ese momento, fue su compañera incansable y madre de sus nueve hijos, dos de los cuales murieron a muy temprana edad. Así la ha retratado la historia, como la mujer que siguió a De Rokha en sus viajes y carrera literaria, olvidando la admiración que él mismo sentía por ella y su obra literaria cuando señalaba: "No equivoquemos, entonces, al penetrar los subterráneos de su ser creador, la dulzura con la blandura, porque era dulce, pero 'fuerte como la muerte' ", tal como se recoge en el libro Winétt de Rokha. El valle pierde su atmósfera (Editorial Cuarto Propio, 2008). Se trata de una edición crítica de la obra de la poeta, prologada ampliamente y recopilada por Javier Bello. El volumen recoge las obras que Winétt publicó a lo largo de su vida (dos bajo el seudónimo de Juana Inés de la Cruz), una selección de los poemas que le dedicó Pablo y los ensayos críticos de Soledad Falabella, Jorge Monteleone y Adriana Valdés, entre otros. Bello esencializa la figura de Winétt, la saca del envoltorio de la tríada mujer-madre-artista, la despliega más allá del ícono de mujer-flor en que la convirtió Pablo de Rokha con la alabanza de su belleza y gracia, y la retrata en su particularidad: su vida como escritora pero también como madre, su contradicción de cuna aristocrática y militancia stalinista acorde al naciente proyecto revolucionario. El destino de los De Rokha no pudo escapar de la tragedia. Pablo de Rokha hijo se suicidó con la misma arma que lo haría su padre, mientras que Carlos de Rokha, el poeta, moriría a los 42 años por una sobredosis de fármacos. Quizás la verdad residía en los versos del Premio Nacional: "Forjamos un destino común 'los De Rokha', adonde va tu nombre va mi nombre y adonde va mi nombre va tu nombre".
Lo rokhiano y lo chileno
Puede ser difícil seguir historias sin puntos, comas, ni versos, pero esta obra, en que el protagonista no es más que el espejo de De Rokha, funciona de manera fluida y anclada en el ritmo oral. Se trata de un relato crítico, vanguardista, donde el huaso chileno se transforma en una figura ambigua, a medio camino entre lo rural y lo urbano.
Guerra desatada
Con la reedición financiada por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes podemos acceder, una vez más, a lo mejor de las venenosas líneas que Pablo de Rokha le dedicó a Pablo Neruda en la disputa que encendió el debate literario hasta la década del 60. A los 104 años del natalicio del Nobel de Literatura, resuenan los cuchillos de De Rokha: "Flojo arribista, tonto y bien comido,/dijiste de este enorme pueblo ardiente:/ 'Chile, país de cafres', ¡gran bandido!"
Más que esposa y musa
Esta selección poética no sólo rescata los poemas más insignes de Winétt de Rokha, sino que recrea los aspectos fundamentales de su biografía: sus inicios en la poesía, los viajes junto a su marido y su fuerte compromiso social son enlazados por María Inés Zaldívar para construir la imagen de una mujer inteligente, aguerrida y singular.

ALBUM DE ISLA NEGRA


Custodian en banco libro inédito de Neruda

Revista de Libros El Mercurio
La aparición del "Álbum de Isla Negra", que se dio a conocer la semana pasada en Revista de Libros, causó tal revuelo en medios de comunicación nacionales y extranjeros que más de un periodista echó a volar su imaginación. El diario "Crítica", de Buenos Aires, publicó un artículo en el que el periodista "tasó" en "más de veinte mil dólares" el inédito nerudiano comprado por Nurieldín Hermosilla. Una cifra sin base alguna, que siguió creciendo por obra y gracia del rumor. A Hermosilla, un coleccionista chileno le preguntó si era cierto que había pagado cincuenta mil dólares por el álbum, lo que por supuesto era completamente falso. Pero la llamada más inesperada que recibió fue de su compañía aseguradora, la cual, después de leer la entrevista en que el abogado contaba que había desembolsado una cantidad de pesos superior a las seis cifras, le exigió poner bajo custodia de un banco las "joyas de la corona" de su colección nerudiana. Desde hace unos días, el inédito "Álbum de Isla Negra" ya no está más en su residencia de El Arrayán, sino en la caja de seguridad de un conocido banco.


Encuentro En el Instituto de Chile:
El ágape de los académicos de la lengua

Artes y Letras. El Mercurio
Como parte de las actividades en torno al V Congreso Internacional de la Lengua Española, que se realizará en nuestro país en marzo de 2010, la Academia Chilena de la Lengua organizó el jueves pasado una recepción con el fin de agasajar a los directores y presidentes de las distintas academias de la Lengua Española que estaban de visita en Chile. El director de la Academia Chilena, Alfredo Matus, leyó un breve discurso de bienvenida en donde se dirigió a sus pares llamándolos "hermanos" y agregando que habían llegado "a esta tierra de volcanes, terremotos y correcciones ortográficas (sonrisas en la audiencia), pero sobre todo de imaginación y de poesía". También Matus citó a Borges para reflexionar sobre el lenguaje a partir de la idea de que entre los miles de palabras de nuestro idioma sólo nueve o diez son las que finalmente se ajustan al corazón. Acto seguido, Matus optó, para terminar su alocución, por escoger de entre esos miles de palabras el término "unidad". A continuación del fraternal mensaje, se dio paso a un cóctel en el que departieron los invitados extranjeros, como el director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha, y la directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel, junto a personajes locales, como el escritor Jorge Edwards y la ministra de Cultura, Paulina Urrutia, entre otros...Y los temas, por supuesto, no dejaron de variar entre conversación y conversación a lo largo de la tertulia. Algunos se refirieron a asuntos más atingentes al próximo congreso, como la presencia del escritor Mario Vargas Llosa o la cuestión de que las figuras de Mistral y Neruda serían abordadas desde un punto de vista ensayístico, además del meramente poético (ambos poetas serán objeto de sendas ediciones populares conmemorativas del Congreso, las que incluirán materiales inéditos).El lenguaje, por supuesto, estuvo en el centro de la charla, y se escuchó, por ejemplo, a Gerardo Piña Rosales (recientemente asumido como director de la Academia Española de la Lengua en Nueva York), comentar las semejanzas que había entre el español andaluz y el español que se habla en lugares como Chiloé. Entremedio, Delia Domínguez, poetisa y candidata al Premio Nacional de Literatura, hablaba de su cercanía con Neruda, acotando que él había sido como un padre para ella. Mientras, los restantes contertulios simplemente se dedicaban a relatar anécdotas o a autoironizarse en relación con la avanzada edad de los miembros de la Academia, lanzando el refrán -popular entre ellos- que dice que "el que no estaba en cama, estaba en coma".Los participantes de las academias españolas en el extranjero partieron ayer de nuestro país. El encuentro, que muchos definieron como fructífero, sirvió para avizorar parte del trabajo que se viene de ahora en adelante con miras al V Congreso de la Lengua. Un dato curioso, eso sí, es que en este primer apronte se echó de menos la presencia del director de la Academia de Colombia... que fue precisamente el país sede de la anterior versión del Congreso de la Lengua.

LIBRO ELECTRONICO Y PAPEL

Beltrán Mena
Ordenando libros

Artes y Letras. El Mercurio
Una reciente mudanza me ha vuelto a enfrentar al viejo problema de cómo ordenar los libros. Cortar una repisa acarrea consecuencias inesperadas, como que Goethe cambie de pared y amanezca junto a un manual de gasfitería. El efecto a veces es feliz -como que Petronio quede junto a Henry Miller- pero al final hay que reordenar todo y algunas decisiones toman varios minutos. Las decisiones gruesas son siempre fáciles, es en las fronteras donde surgen los problemas: un ensayo de Zweig sobre Balzac, ¿va en Zweig o va en Balzac? Al final todo es un juego y volver a pensar donde colocar un libro nos hace recuperar ese libro.Pero cuando se trata de más libros que los de una biblioteca doméstica, el asunto requiere oficio. El problema central de la bibliotecología es que un libro tiene infinitas propiedades, pero un sólo ejemplar. ¿Dónde colocarlo? Existen varios sistemas de clasificación y aprenderlos ocupaba buena parte de la formación de un bibliotecario. Ya no. Las bases de datos permiten ubicar el ejemplar en cualquier parte y buscarlo por cualquiera de sus propiedades. El oficio de bibliotecario está cambiando.Pero eso no es todo. Google está publicando en Internet bibliotecas enteras a gran velocidad. Hoy podemos buscar en el texto completo de esos libros, lo extraordinario es que las páginas que nos entrega son imágenes del libro original, con su tipografía, sus timbres y manchas... su dedicatoria, todo. Todo menos el libro.¿Qué sentido tiene entonces acceder al ejemplar físico? Aparte del placer de la posesión (que confieso), y de la cuestionable voluptuosidad que algunos entusiastas atribuyen al libro (el olor parece que les gusta mucho), no hay duda de que el ejemplar original tiene siempre la posibilidad de la sorpresa, porque la realidad es siempre más que el relato. En este sentido no se me ocurre un mejor ejemplo que la historia de un investigador de apellido Kennedy, que estudiaba a Van Leeuwenhoek, pionero del microscopio (el primero en ver microbios, glóbulos rojos, espermatozoides, polen y otras minúsculas maravillas). Los estudios y dibujos de Van Leeuwenhoek están todos publicados, pero Kennedy insistía en acceder a los originales. Reticentes, los bibliotecarios le permitieron ver los cuadernos, con guantes blancos. Él no sabía qué buscaba, examinaba sobre todo aquello que las imágenes no muestran: el papel, una nota en el lomo, la encuadernación... Entonces notó que el canto de la tapa posterior tenía una fina ranura hecha con navaja. Al separarla con su cortaplumas cayeron sobre la mesa 20 especímenes que el mismísimo Leeuwenhoek colocó allí en el siglo 17... pétalos de flores, pequeños insectos, tejidos... El atónito investigador pudo observar, consiguiendo en un museo los microscopios originales, los mismos objetos de Leeuwenhoek, tal como él los observó. Pudo descubrir así cuales de las observaciones del científico podían atribuirse a la distorsión del primitivo aparato. El mundo digital, como tantos monstruos de dos cabezas, nos da y nos quita. Pone libros a nuestro alcance al tiempo que les da el golpe de gracia. Nos regala su imagen y nos quita su materia. Nos abre secretas bibliotecas y nos aleja de los pétalos ocultos de la realidad.

E LIHN


El protagonista de la pobre musiquilla de las esferas


Letralia.com
Rolando Gabrielli

La materia prima de una novela suelen ser tantos y variados asuntos como historias, que a veces se cruzan en una vida. Los poetas también son reciclados en novelas o en libros testimoniales. No son personajes nuevos en la ficción. Y en ocasiones suelen ser reales o simples cajas negras abiertas una y otra vez con la llave discrecional del narrador. Hay casos en que el autor de la novela ha resultado ser muy amigo del protagonista de la obra, como en esta ocasión. El autor apela en no pocas oportunidades a la realidad para luego ficcionar, como ocurre según su propia confesión de alguna manera. No hay un patrón, preferiría afirmar, porque podría existir o transformarse en una realidad. El autor, casi por medida de precaución o una manera de estirar el tiempo atrás, del pasado, prefiere a protagonistas muertos o acuartelados por los inviernos de la vida. No es materia prima siempre viva y coleando. El sujeto no está a mano para consultarle, más bien es polvo enamorado sobre un montón de hojas o páginas escritas en un ordenador y libreta de notas. No estoy siendo muy directo, ni pretendo por ahora. No tengo en mis manos el móvil de mis palabras. Sin la novela no se puede hablar de la novela. Más bien un recorrido por el personaje que conocimos en vida, sobre algunos comentarios-opiniones del poeta y los poetas, entre ellos, situaciones, etc., etc. En mi libro Los poetas de Chile (2007), homenajeo con dos textos a E. Lihn, y hago mi historia personal, lúdica, irónica, personal, amical, con más de 30 poetas chilenos, incluido Alonso de Ercilla y Zúñiga. No es nuevo escribir sobre poetas.
El propio Edwards y Enrique Lafourcade, chileno y de su misma generación, escriben sobre el vate de Isla Negra. Roberto Bolaño incluye a Neruda en su novela Nocturno de Chile, y Los detectives salvajes dan cuenta también de una generación de poetas en el DF. Todo esto refleja que el referente de la poesía chilena, sin olvidar a Huidobro, Parra, Mistral, De Rokha, Rojas, Lihn, Teillier, Hahn, Millán y otros, sigue siendo el autor de Residencia en la Tierra. Neruda el más leído, citado, criticado. Según Edwards, le decían Nerón, tal vez porque incendió la casa de la poesía. Confieso que no lo conocí personalmente, ni lo visité en Isla Negra, ni fui su amigo. Sólo lo divisé vestido de blanco en un pasaje en el centro de Santiago y lo volví a ver, escuchar, en uno de sus discursos políticos en la capital. Una amiga me preguntó una vez si lo conocí y le respondí que mi timidez y orgullo eran tales, que me impedían acercarme a tamaña tortuga gigante venerada por mares allende nuestras fronteras. Qué bobo fuiste, me respondió con una gran ternura. Eso me ha permitido leerlo con “objetividad”, escribir una serie de notas, no obsesionarme con su personalidad mitológica, ni calumniarlo como deporte poético. Ni alistarme como un soldado a uno u otro lado, en ningún bando más que en el de la poesía. Lihn recitaba de memoria poemas de las Residencias nerudianas y Jorge Teillier se despedía cada noche con los versos nerudianos de la Canción desesperada de Veinte Poemas de Amor: Es la hora de partir, oh abandonados. Neruda gravitaba en la poesía como un barco anclado en la bahía, inmóvil, a veces, o de viaje, en otras ocasiones. Iba y venía, se había retirado a Isla Negra, donde recibía a sus amigos, pero no aconsejaba cómo escribir y él seguía escribiendo. En Santiago se gestaba una nueva poesía con Parra y Lihn, contra Neruda. Jorge Teillier fundaba la poesía lárica, del lugar, más que una mirada nostálgica a la provincia, una manera de vivir la poesía. Hahn y Millán asomaban con sus peculiaridades, intimidad de la vida y la muerte, el amor. Gonzalo Rojas en su asfixia, oficio profundo, oscuro, erótico, otra vertiente de la “poesía chilena”. Silva Acevedo en su cuerda, escapando de Parra. Waldo Rojas en París, imagen sobre la imagen. Búsqueda, búsqueda, aquí no termina el listado poético chileno post Neruda y sus ramificaciones, aún en vida del vate de Isla Negra. Armando Uribe Arce, el inefable David Rosenmann Taub, Efraín Barquero y los que vienen atropellándose en una larga lista de “los nuevos” y no tanto. Es mejor que ellos se ubiquen y busquen en sus propias listas, pero ahí están, y de tan lejos imposible apuntarlos más que a ojo de buen cubero.
De las notas que suelen escribirse cuando una novela gana un Premio Planeta, Casa de las Américas, como La casa de Dostoievsky, del narrador chileno Jorge Edwards, entrevistas, declaraciones, opiniones de paso, surgen estos comentarios, además de mi “conocimiento” de Enrique Lihn como persona y poeta. El autor dice que se trata de una novela de la poesía y el amor, las ganas de ser poeta y sostiene que el problema de esa generación fue su “incapacidad de asumir el compromiso en muchas cosas, en la política, en el amor”. “En la novela”, aclara, “el Poeta se va varias veces de forma parecida, se va de muchas cosas, se va de Cuba. Yo quise retratar una actitud humana. La evasión es uno de los temas de la novela. Y la relación entre el amor y la evasión es característica. Hay algo generacional. Yo creo que toda la atmósfera del existencialismo, Sartre y qué sé yo, tenía que ver con eso”. Edwards está hablando de Enrique Lihn, con quien se asocia, según dice en ocasiones, como personaje de la novela.
No todos recibieron con la misma fe y alegría el premio del autor de El peso de la noche. Veamos lo que dijo un lector anónimo en Argentina, país donde el jurado falló en favor de J.E.: “Las bases de este premio dicen ‘con el objetivo de promover’. Me parece una vergüenza que se lo adjudiquen a un escritor con un Cervantes. Lo único que puede ganar Edwards es el Nobel. Lo otro, que sería una ignominia, es pensar en su EGO. O en su arteriosclerosis. Sólo con una demencia se puede escribir acto tan abyecto. Culpo al jurado, a Planeta y a Casa de América. El premio correspondía a otro. Jolines, entre 557 obras, ¿no había otra excelente? NO se merece este premio. Este acto es una blasfemia”. Un paréntesis en la ruta del lauro. Sigamos.
Es y no es E.L. (porque el J.E. también es ese poeta), dice por ahí el autor de La casa de Dostoievsky, que también sostiene que están algo novelados perfiles de Neruda y Jorge Teillier, aunque una nota de Planeta, la oficial, divulgada urbi et orbi para lanzar el premio, se equivoca ubicando a Neruda en la generación del 50. A esa pertenecía también J. Teillier, que según Edwards hablaba pestes de Neruda como otros jóvenes. Lo que yo recuerdo de Teillier, a quien conocí y con quien compartí muchas conversaciones y vinos, es que él se sacaba el sombrero por Neruda y de hecho tiene una foto frente a Neruda en Temuco donde se saca físicamente el sombrero. En los 50, la narrativa chilena, rarísimas excepciones, no sonaba ni tronaba, sólo los poetas históricos que le “enmendarían la página generacional” a Rubén Darío, hipopótamos en la charquita de Chile. Lafourcade, un polémico escritor, se adjudica la creación de la Generación del 50, a la que Teillier nunca dijo pertenecer como Lihn. Lo que no está claro, es lo que dice Edwards, que esa generación careció de compromisos, porque Lafourcade es un conservador de primer orden y Teillier un izquierdista no militante, mientras que Lihn, izquierdita-existencialista-humanista-nihilista-anarquista-polemista 24 horas. Pero existieron otros miembros, como Armando Cassigoli, mi viejo profesor de filosofía, muy comprometido. Es difícil, como La difícil juventud, de Claudio Giaconi, uno de los más brillantes narradores chilenos de ese y otros tiempos, generalizar sobre esa generación. En el Congreso Cultural de La Habana del 68, Edwards y Lihn participaron en un conversatorio en Casa de Las Américas. Allí Edwards dijo respecto a la llamada Generación del 50 que algunos asumieron posiciones de izquierda y otros posiciones francamente reaccionarias. Edwards no menciona al talentoso Giaconi en su recuento de la narrativa chilena en La Habana. Sus cuentos eran lo más fresco, novedoso y de nivel por esos tiempos, hasta que Giaconi se esfumó a Nueva York para escribir una novela que al parecer nunca terminó.
Edwards comenta, en una de esas entrevistas sobre La casa de Dostoievsky, que los poetas suelen ser astutos becarios sobrevivientes del sistema. Los hay, sin duda, pero no más que los diplomáticos que suelen vivir con jugosos salarios y poco gloriosos servicios a la patria. Lihn obtuvo una beca de la Unesco para viajar a París y lo hizo a Cuba a través del gobierno cubano y después a Estados Unidos con la Guggenheim. Lo interesante es que Lihn escribió poemarios en esos viajes, como Poesía de paso; La pobre musiquilla de las esferas y A partir de Manhattan.
La casa de Dostoievsky, señala Edwards, es una historia también de amor y eso me trae a la memoria un día que coincidimos con Lihn visitando la misma mujer en su apartamento una mañana próxima al mediodía. Era una de esas mujeres abandonadas por su marido y que el poeta recogía como un imán. Una hermana de Edwards también fue novia de Lihn.
El 69 viajé a La Habana y Enrique Lihn me encargó le llevara de regalo a Roque Dalton su libro La musiquilla de las pobres esferas. Así lo hice. Y Jorge Teillier me dio Crónicas del forastero para Eliseo Diego. También cumplí con esa misión y me reuní con el poeta cubano. Y yo escribí un poema sobre José Lezama Lima. Recuerdo que me fue a ver al hotel una hermosa mujer y me preguntó por Lihn. Después supe que fue su novia y que quiso viajar con él a Chile, pero el poeta no se la trajo a Santiago. Uno de los comentarios de la novela de Edwards, titulado El río invisible y suscrito por Mario Soto, dice: “En resumidas cuentas, el Poeta tuvo grandes amores y vivió aventuras memorables, fue admirado y conoció los rigores de la fama (en algún momento lo tildan de pedófilo), pero nunca salió del ‘horroroso Chile’, nunca dejó la casa de Dostoievsky, una destartalada e inmunda mansión del centro de Santiago donde pasó la juventud junto a una pandilla de artistas impresentables”. Y sigue el comentario de Soto: “En Cuba, el protagonista, cuyo nombre no conocemos, sobrevive al castrismo y es testigo de primera fila del vergonzoso caso Padilla. De vuelta en Chile, experimenta el absurdo y la violencia de los años de la Unidad Popular y luego el oscurantismo del régimen de Pinochet”. (¿No hubo violencia con Pinochet?) Edwards dice que lo del caso Padilla él lo ficciona y debe ser cierto, porque Lihn estaba en Chile cuando ocurrió y no en La Habana, y recuerdo que lo encontré esa noche por Ahumada, venía de la Agencia Prensa Latina con unos cables leyendo sobre el tema. Una coincidencia más. Lihn murió en el mismo edificio, y no sé si apartamento que yo viví en la calle Passy. Lihn, en la época de la Unidad Popular, a sus inicios, participó muy directamente en un documento sobre política cultural. Lo volvería a ver por última vez una noche en una casita de un barrio de clase media donde vivía quizás con la joven de los disparos de salvas. Esa noche cocinó comida de dieta. Estaba cuidándose de su infarto y no bebió. Fue una velada tranquila sin ningún apuro. Una joven caminaba silenciosamente alrededor del poeta. Le dejé un manuscrito que había conocido en el viejo taller de la Vicerrectoría de la Universidad Católica, con algunos poemas más. Era 1987, mi último viaje a Chile, ya no lo volvería a ver más, al año siguiente moriría de un angustioso cáncer. Yo me iría con la sensación de que Pinochet iba a caer. No era una mera percepción poética. En efecto, el Diablo pactó su retirada y se cumplió en marzo del 90.

Para enfocar a Enrique Lihn, el personaje de la novela
“Escribí y me muero por mi cuenta,Porque escribí estoy vivo”.
E. Lihn.
I
Es mil novecientos cincuenta y nueve. Nicanor Parra recibe en su casa de La Reina a un grupo de estudiantes del Pedagógico. Entre ellos está un muchacho con cara de gringo y rostro rosado, de 21 años de edad, su apellido es Hahn y quiere ser poeta. Acompaña a Parra un tal Lihn, poeta joven que hace algunos años debutó con Nada se escurre, tipo hosco e inquietante que a ratos se limita a escuchar la conversación con expresión ausente y, de vez en cuando, celebra a gran carcajada los chistes de Parra. De vuelta, Lihn regresa en el mismo bus que el grupo de jóvenes. Van todos sentados en la última línea de asientos. Lihn los ignora. Prefiere mirar el paisaje. Hahn intenta dialogar con Lihn, conocerlo, acortar el camino. Pero éste, “con el orgullo y el desprecio y una suerte de severa alegría a flor de labios”, se limita a responder con monosílabos y gruñidos. Lihn es el primero en bajar del bus. El alivio es general en el grupo de estudiantes.

II
Es mil novecientos sesenta y nueve. Hahn ya es profesor de literatura y se ha radicado en la ciudad de Arica. Lihn está de paso en esa ciudad, su destino es el encuentro de escritores de Arequipa, Perú. El problema es que Lihn ha perdido su pasaporte y debe abordar el avión y no sabe a quién recurrir. Recuerda a Hahn, quien ya ha iniciado esa misma batalla minuciosa —la poesía— y quien amablemente soluciona el percance. Hahn lo tranquiliza, le cuenta que el cónsul de Chile en Tacna es un escritor: Benjamín Subercaseaux. Asunto arreglado. Hahn y Lihn están ahora en el aeropuerto. Esperan el avión que llevará a Lihn al encuentro de escritores. En cosa de minutos, el lugar se llena de personas con libreta en mano, cámaras y micrófonos. Periodistas. Ambos se miran sorprendidos: Hahn no sabe lo que pasa. Lihn cree que se trata de algún cantante famoso. Minutos después, se abren las mamparas y aparece Mario Vargas Llosa, seguido de Patricia, su mujer. Más atrás, Jorge Edwards y Pilar Fernández de Castro. Lihn afirma que ambos escritores también han sido invitados al encuentro de Arequipa. La prensa se abalanza sobre ellos, pero Vargas Llosa los elude, va directo a Lihn, lo saluda afectuosamente, se abrazan. Edwards repite el cuadro. Hahn, por su parte, se sorprende de las amistades de Lihn.

III
Es mil novecientos setenta y cinco. Lihn visita Nueva York, ahí lo esperan Pedro Lastra, Enrique Giordano y Hahn. Lihn se queda unos días en casa de Pedro Lastra en Long Island. Hahn se ha radicado en Maryland y unos días después espera a Lihn en el terminal de la ciudad. El bus ingresa al terminal, comienzan a bajar los pasajeros y la mirada atenta de Hahn no da con Lihn. Tras breves minutos el bus continúa su marcha, en eso Hahn divisa a Lihn moviendo frenéticamente sus brazos desde una ventanilla trasera del interurbano. Hahn se echa a correr y golpea la puerta del bus, éste se detiene y los amigos vuelven a encontrarse. Durante tres días, Lihn se aloja en el departamento de Hahn. Durante la primera noche conversan de poesía: “¿Y?... ¿Cómo anda la poesía?”, pregunta Lihn. “No sé. Tengo unos cuantos poemas que he escrito en estos años, pero no sé si sirven”, responde Hahn. “Por qué no me los muestras”, dice Lihn, “yo suelo desvelarme toda la noche. Tendré mucho tiempo para leerlos”. Hahn le entrega a Lihn un montón de hojas sueltas, todos poemas inéditos. A la mañana siguiente, durante el desayuno, Lihn se arrodilla sobre la alfombra y va ordenando los poemas seleccionados y aparta el resto. “Bien”, dice Lihn, “aquí está el libro. ¿Qué tal si ahora le buscamos un título?”. Hahn propone nombres que Lihn va rechazando con gestos faciales de desaprobación. Entonces, Hahn toma un papel y escribe un título que ha rondado en su cabeza durante años: “Arte de morir”. “Perfecto”, dice Lihn, y ofrece hacer el prólogo.

IV
Es mil novecientos ochenta y dos. Lihn habita un departamento, en los altos de una casa, con entrada independiente en la calle General Salvo. Hahn está de paso en Santiago y va a visitarlo. Lihn se ve inquieto, en ese momento suena el teléfono y dice que no lo contestará. Hahn pregunta por qué. Lihn le confiesa que ha tenido un romance con una mujer veintitantos años menor que él y que el ex marido, enterado del affaire, lo acosa. El amor en su ceguera de acto puro, sin asomo de corazón ni de cabeza. El teléfono no para de sonar. Entonces, Hahn se ofrece a contestarlo. Lihn le dice que prefiere no involucrarlo. Hahn se dirige al aparato y levanta el auricular: “Necesito hablar con Enrique”, dice una voz molesta. “Ya no vive aquí”, responde Hahn. “Yo sé que está ahí”, insiste la voz. “Ya le dije que no está”, repite Hahn y cuelga el teléfono que no vuelve a sonar. Minutos después suena el timbre de la puerta. Lihn se levanta a abrir pensando que es su hermano que ha quedado en llegar a esa hora. Hahn permanece sentado en el sillón, lo ve alejarse y tirar del cordón que desde arriba abre la puerta. De pronto suenan dos balazos, Lihn se inclina hacia la derecha y luego cae al suelo. Hahn, aterrado, se dirige a gatas hacia la puerta, no hay nadie a la vista, baja corriendo las escaleras y pone el cerrojo, y en un abrir de ojos brillantes y en un cerrar de ojos opacos Lihn, pálido, ya está de pie. “¿Estás bien?”, pregunta Hahn. “No pasó nada. O el tipo tiene mala puntería o eran balas de fogueo. A este imbécil no le da para más”, responde Lihn.

V
Es mil novecientos ochenta y siete. Hahn otra vez está en Santiago y recibe una llamada de Lihn quien, con voz quejumbrosa, suplica: “Necesito tu ayuda, me siento muy mal”. Hahn responde que iría de inmediato. Lihn también ha llamado a Pedro Lastra quien acude al llamado con Cecilia, su hija médico. Al llegar a casa de Lihn, Hahn se encuentra con Claudia Donoso, sobrina del escritor José Donoso, quien le informa que Lastra y su hija lo han llevado al hospital de la Universidad Católica: “Enrique tiene una infección urinaria. Tengo el auto aquí. Si quieres te llevo”. Después de una hora de espera en el hospital, aparece Lihn por el pasillo arrastrando los pies, se sienta mientras espera que Claudia y Cecilia terminen los trámites hospitalarios, y lo primero que dice a sus amigos es que nunca en su vida ha sentido una sensación tan grande de alivio y de placer físico como cuando le hicieron descargar la orina acumulada que casi le revienta la vejiga. Nada tiene que ver el dolor con el dolor. Nada tiene que ver la desesperación con la desesperación; a esto sigue una avalancha de exámenes médicos que detectan un problema renal serio.

VI
Es mil novecientos ochenta y ocho. Hahn ahora reside en Iowa City y mira por televisión la tercera sinfonía de Mahler. Los juegos de cámara lo distraen de la música misma, así es que decide sentarse de espalda a la pantalla y prescindir de la imagen. La voz de una mujer interpreta un texto de Nietzsche. Hahn comienza a sentir el corazón apretado, una sensación indescriptible de angustia. En Santiago Lihn ha empezado a compartir su casa con una invitada inesperada, una sombra que lo acompaña día y noche. Entonces, emprende una desesperada carrera junto a ella. Escribe, porque hacerlo significa trabajar con la muerte codo a codo, robarle algunos secretos. Pronto, la desigual carrera lo ha agotado. Pide que le aten un lápiz a la mano derecha y continúa, Todavía aleteo con el pescuezo torcido y las alas en desorden. De un salto Hahn sale del sillón y experimenta una extraña certeza, le dice a su mujer que Lihn ha muerto. Ella lo mira con cara de asombro y sugiere llamar a Chile. Hahn toma el teléfono y marca el número de Pedro Lastra en Santiago. Del otro lado, una voz femenina comunica la noticia: Lihn acaba de morir. Se nos hacía tarde. Se hacía tarde en todo. Para siempre.
Felipe Reyes F.
Nota: La anécdota de la joven mujer y de los disparos, la conocía. Sin duda fueron de salva, pero su autor no estaba tan equivocado, Lihn había tenido un infarto y lo que se buscaba era obviamente otra explosión del ya malogrado corazón del poeta.
Su amigo Jorge Palacios aún recuerda el último encuentro que tuvo con Lihn, antes de que éste muriera en 1988; “invitamos a unas mujeres a beber con nosotros, sin embargo luego de un rato ellas abandonaron el lugar. Con Enrique a razón de llevar nuestro machismo hasta las últimas consecuencias, las tomamos en brazos y emprendimos la retirada. Una vez depositadas en la vereda nos propinaron sendas cachetadas y se mandaron a cambiar... allí estábamos con el flaco, cuando frente a nosotros pasó lentamente un camión. El poeta, al instante, ante mi más completo asombro me hizo un gesto de adiós con la mano y corriendo a grandes zancadas, dio un salto girando en el aire para caer de espaldas sobre la plataforma vacía del camión. Y así tendido, de cara al cielo, con los brazos abiertos en cruz, lo vi perderse Alameda abajo, con destino desconocido”.

Saturday, July 12, 2008

LA MUERTE DEL REY ARTURO

La edición para bibliófilos de "La muerte del rey Arturo" se presenta hoy en Madrid
01/12/1981 El Pais
«Con la publicación de La muerte del rey Arturo he querido rescatar de alguna manera el lenguaje simbólico medieval, ese lenguaje universal de los símbolos que puede perfectamente inscribirse en la creciente demanda de literatura de imaginación que existe en nuestros días». De esta forma explica Jacobo Martínez de Irujo Fitz James Stuart la utilidad que puede tener el libro La muerte del rey Arturo, traducido por él y por Mathilde de Neve por primera vez del romance original del siglo XIII y que hoy se presenta en Madrid. Este libro obtuvo el premio del Ministerio de Cultura a la obra mejor editada este año. «Cuando comencé a estudiar este tema hace cuatro años», añade el traductor, que es hijo de la duquesa de Alba, «no se habían producido en el campo de la literatura o en el del cine esas corrientes medievales míticas y religiosas que el cristianismo no pudo eliminar y que suponen, quizá porque el hombre moderno está agobiado en su vida diaria por el racionalismo y la crisis permanente, una vuelta a lo irracional, a lo mágico. La gente quiere ahora una literatura de imaginación servida por medio de unas claves simbólicas y se aleja progresivamente del existencialismo y de la concepción matemática de la existencia».
El libro, editado por Siruela, recoge la quinta y última parte de un gran ciclo novelesco (1200 a 1230) llamado Lanzarote en prosa, o también La vulgata, por la enorme fama que alcanzó a lo largo de todo el período medieval. Se trata de una edición para bibliófilos que consta de 515 ejemplares, que se venden cada uno a 23.000 pesetas, y que será presentada, a las ocho de la tarde de hoy, en la sede de la agencia Efe (calle de Espronceda, 32). Este libro ya fue presentado en Barcelona el pasado día 18 de noviembre.
Jacobo Martínez de Irujo, que se confiesa autodidacto («he estudiado literatura y arte por mi cuenta, ya que no llegué a terminar los estudios universitarios de Filosofía y Letras»), decidió ponerse a trabajar en el libro hace cuatro años, a raíz de un encuentro con Suzanne Grange, que es precisamente la autora de las 56 ilustraciones realizadas expresamente para esta edición. A estas ilustraciones hay que añadir los veintitrés caligramas que abren los principios de cada capítulo, que han sido diseñados por Santiago Muñoz Brandón. La traducción se ha realizado a partir del manuscrito A, publicado por Jean Frappier, que se encuentra en la Biblioteca del Arsenal, de París.
«Europa encontró en La vulgata», explica el traductor, «una literatura que no era deudora de la tradición griega o latina. Los clérigos anónimos que la escribieron reelaboraron y completaron una materia y unos símbolos que tuvieron vida propia durante toda la Edad Media y fueron los únicos que quisieron dar una significación -oculta para la conciencia de su tiempo- a esa extraña ambigüedad de leyendas celtas cristianizadas. La muerte del rey Arturo es una verdadera enciclopedia de la vida y del espíritu de la Edad Media».
La literatura artúrica tuvo serias dificultades para penetrar en España. Cuando en otros países europeos estos textos eran de sobra conocidos, a nuestro país no había llegado prácticamente ninguna referencia seria.
«Más tarde», dice el traductor, «la feroz y genial parodia que traza Cervantes en El Quijote de las novelas de caballería de su época ha hecho olvidar el valor y la significación literaria de las auténticas novelas caballerescas de los siglos XII y XIII. Si la llamada novela cortés, que nada tiene que ver con lo que conocemos por novelas de caballería, goza de tan mala Prensa en nuestro país se debe a este prejuicio.
Las Ediciones del Conde de Siruela, título completo de la firma editorial de La muerte del rey Arturo, dirigida también por Jacobo Martínez de Irujo Fitz James Stuart, se proponen publicar, también para bibliófilos, las partes de La vulgata que quedan.

Friday, July 11, 2008

EDICION DE BIBLIOFILO DE MARGARET ATWOOD


- The Door, Fall 2007
Special Limited Edition of The Door available soon.Only 150 copies of this lavishly produced and limited hand-numbered edition of Margaret Atwood's new book of poetry, The Door (September 2007), will be produced.
Beautiful container box lined with special paper also includes original artwork by Margaret Atwood in a signed and numbered print.This limited boxed book was custom printed in a special edition on Domtar fsc certified paper. The book is quarterbound with Iris bookcloth and decorative brown wrap and letterpress endpapers. The signed and numbered edition includes a frameable limited edition blockprint on 100% cotton paper. The blocks were hand cut by Margaret Atwood and editioned at Anstey Bookbinding Inc. on a Vandercook letterpress in an edition limited to 150, signed and numbered in pencil.

Price $500 o Box dimensions: 12 ¼" x 15 ¼" o Book dimensions: 5 ¾" x 7"

Proceeds will support PEN Canada's vital work on behalf of freedom of expression. Available only from PEN Canada.To pre-order and reserve your copy, or for more information, please contact Caitlin Smith at PEN Canada.Tel: (416) 703 8448, ext. 25 o Email: csmith@pencanada.ca o www.pencanada.ca

Wednesday, July 09, 2008

MARGARET ATWOOD


El regreso de la mujer comestible

Se acabaron las apuestas. Al final el premio Príncipe de Asturias de las Letras no fue para el británico McEwan, ni para el libanés Kadaré, ni tan siquiera para el «Sin Tierra» Juan Goytisolo (¿pero de verdad alguien esperaba que los Ansón, Dragó y demás miembros del jurado votasen por Goytisolo?). Quien finalmente se ha llevado el gato al agua ha sido Margaret Atwood, lo que supone una magnífica oportunidad para acercarse a la figura más destacada de las letras canadienses.
Margaret Atwood
Y es que a pesar de su importancia Margaret Atwood (Ottawa, 1939) es poco conocida por los lectores españoles, siendo su presencia en las librerías una rareza transitoria hasta hace bien poco. Sin embargo, fueron muchos los que pensaron en ella tras la concesión del Nobel a Doris Lessing el año pasado. Y lo hicieron porque, más allá de un similar e incuestionable ejemplo ético al oponerse a cualquier tipo de dominación, Atwood es, además, una gran escritora. Y en su caso es imposible separar a la activista de la escritora, porque son sus obsesiones como ciudadana (búsqueda de una identidad nacional frente al vecino norteamericano, compromiso ecologista, reformulación de la condición femenina...) las que subyacen en el fondo de su obra y la dotan de sentido.
Lo que viene a continuación es el intento de cartografiar un inmenso territorio (ensayo, crítica, novela, poesía...) llamado Margaret Atwood:
«El cuento de la criada» (Punto de lectura, 2002). La obra más conocida de Atwood gracias a la adaptación cinematográfica del director Volker Schlöndorff con guión del Nobel británico Harold Pinter. «El cuento de la criada» es una narración distópica acerca de una Norteamérica futura en la que el fundamentalismo niega toda condición femenina, reservando a las mujeres un mero papel reproductor. Con esta obra, que obtuvo el Arthur C. Clarke Award, demostró que la dominación sexista está íntimamente ligada a la dominación política. El mundo feliz de Huxley desde el punto de vista de una mujer.
«El asesino ciego» (Zeta, 2005). Con esta obra Atwood se hizo con otro gran premio: el Booker Prize. La historia de la familia Chase a lo largo del siglo XX -con parada en la guerra civil española- a través de la memoria de una anciana y la relación con su hermana. Una novela repleta de resortes, en la que los diferentes materiales (historia y ficción, noticias de prensa y novela dentro de la novela) encajan en una estructura similar a un antiguo juego chino.
«Resurgir» (Alianza, 2004), novela incluida por el cansino pontífice Harold Bloom dentro de su Canon Occidental, es un alegato ecologista en el que denuncia la acción del hombre sobre su entorno natural. La preocupación de Atwood por el medio ambiente está presente en toda su obra, algo que ya se podía ver en su seminal libro de poemas «The Journals of Susana Moodie», en el que a través de una pionera en la conquista de la frontera canadiense evocaba un mundo a punto de desaparecer.
Y es que aunque no sea su faceta más conocida, Atwood es una magnífica y muy prolífica poeta. En castellano se publicó hace unos años «Juegos de poder» (Hiperión, 2000), una colección de poemas traducidos por Pilar Somacarrera en los que se acerca al amor como constructo cultural y al rol asignado a la mujer dentro de él. En esa misma línea podía leerse la que fue su primera novela aparecida en 1969: «La mujer comestible» (Ediciones B, 2004), en la que denuncia el absurdo de los roles asignados a la mujer, pero no con el tono sesudo y denso de otras autoras, sino mediante el humor y la ironía. Algo que ha sido constante a lo largo de su obra y que se puede comprobar en las piezas breves agrupadas en el volumen «El huevo de Barba Azul» (Alcor, 1989).
Los últimos libros de Atwood aparecidos en España han sido el libro de relatos «Érase una vez» (Lumen, 2007) y «Desorden moral» (Bruguera, 2007), en la que la canadiense vuelve a escribir acerca del devenir y el paso del tiempo a través de una historia familiar. Estos han sido los últimos títulos que se podían encontrar en las librerías, pero eso era antes de ser tocada por la varita mágica de Asturias... prepárense para el aluvión editorial y déjense empapar.
Posdata Infame: ¿Crees que ha sido justo el premio? ¿Quién habría sido tu candidato? Si Sánchez Dragó es capaz de eyacular hacia dentro tantricamente (tan ricamente)...¿Crees que ha podido votarse a sí mismo?

RUBEN DARIO, AZUL

Caupolicán.
Es algo formidable que vio la vieja raza;
robusto tronco de árbol al hombro de un campeón
salvaje y aguerrido, cuya fornida maza
blandiera el brazo de Hércules, o el brazo de Sansón.
Por casco sus cabellos, su pecho por coraza,
pudiera tal guerrero, de Arauco en la región
lancero de los bosques, Nemrod que todo caza,
desjarretar un toro, o estrangular un león.
Anduvo, anduvo, anduvo. Le vio la luz del día,
le vio la tarde pálida, le vio la noche fría,
y siempre el tronco de árbol a cuestas del titán.
"¡El Toqui, el Toqui!", clama la conmovida casta.
Anduvo, anduvo. La aurora dijo: "Basta",
e irguióse la alta frente del gran Caupolicán.

RICARDO PALMA

BIOGRAFIA DE RICARDO PALMA
Información preparada por: Leopoldo de Trazegnies Granda
FUENTES:-Genio y Figura de Ricardo Palma de José Miguel Oviedo. Ed. Universitaria.Buenos Aires, 1965
La literatura peruana de Luis Alberto Sánchez (5 tomos). P.L. Villanueva, editor.Lima, s/f.
RICARDO PALMA
Nace el gran "tradicionista" en el corazón mismo de la vieja Lima virreinal, el 7 de febrero de 1833. Era mestizo, de cholo y cuarterona, al decir de L.A. Sánchez.Durante sus primeros años estudia en la escuela de don Antonio Orengo y en la de don Clemente Noel.Con sólo quince años, es ya director de un periódico político y satírico llamado "El Diablo". El diario "El Comercio" publica sus primeros poemas. En 1849 estudia en el Convictorio de San Carlos.En 1852 estrena "Rodil" y colabora en la hoja satírica titulada "El Burro". Poco tiempo después publica "Corona patriótica" y "Juvenilia" (Lima, 1855) Con veintidós años publica su primer libro de versos: "Poesía". Poco tiempo después entra a trabajar como redactor del diario "El Liberal". En 1861 colabora en la "Revista del Pacífico" y en la "Revista de Sud América". Publica un librito: "Dos poetas".Se empiezan a publicar en los diarios nacionales y extranjeros sus pequeños relatos que retratan con gracia e ironía las costumbres de la Lima colonial, bajo el título de "Tradiciones".En 1863 publica un trabajo histórico: "Anales de la Inquisición de Lima"Viaja a Europa y en 1865 publica en Francia "Armonías" (Havre, 1865) y "Lira". Vuelve a Lima para ocupar un cargo público tras el derrocamiento del presidente Pezet. En esta época es también redactor de "El Mercurio". En 1867 es redactor principal de "La Campana", periódico político-satírico. Bajo el seudónimo de "Un campanero" publica un librito satírico en verso titulado "Congreso Constituyente". En 1872 se publica la primera serie de sus "Tradiciones", la segunda se publicaría en 1874 y la tercera en 1875, representan la obra más definida del autor peruano. Mientras tanto colabora asiduamente en "El Correo", "La Patria" y "El Liberal". Se retira a vivir en el balneario de Miraflores y publica la cuarta serie de sus "Tradiciones". De esta época son tambien un trabajo histórico titulado "Monteagudo y Sánchez Carrión" y un libro de poesías festivas: "Verbos y Gerundios" (1877).Junto a Acisclo Villarán y Manuel Atanasio Fuentes funda la revista "La Broma", periódico satírico, donde publica nuevas tradiciones bajo el título de "Ropa Vieja". Palma vive en una época en que los acontecimientos políticos (intento de España de recuperar su más preciada colonia, pretextando un incidente baladí en una hacienda del norte, que determina el envío de una expedición "científica" al Callao), una sociedad poco estable en los primeros años de la independencia, unas costumbres que se deben transformar velozmente en el ambiente liberal de la república, una guerra desastrosa contra Chile, etc. promovieron un ambiente de crítica social y política, que se plasmó en las abundantes revistas satíricas que nacieron entonces (El gabacho, La zamacueca política, La broma, El burro, etc). L.A. Sánchez se resiste a considerar a Ricardo Palma dentro de esta corriente, tampoco lo considera dentro de los "románticos" (aunque fuera su portavoz), habría entonces que situarlo dentro de un género único, creado por el mismo, como son las "tradiciones", que describen situaciones pintorescas, tratadas con picardía y trasfondo escéptico y socarrón: literatura satírica peruana.Durante la guerra con chile (1879), las tropas que ocupan Lima, queman la casa de Ricardo Palma, y su biblioteca, en ella arden los manuscritos de su novela "Los Marañones", y los apuntes para sus memorias. La novela trataba sobre las expediciones de Gonzalo Pizarro y Lope de Aguirre al Amazonas. Durante la ocupación chilena, vive de corresponsalías de periódicos extranjeros, principalmente de "La Prensa" de Buenos Aires.En 1883, se encarga de la reconstrucción bibliográfica de la Biblioteca Nacional, que había sido inicialmente saqueada, luego utilizada como cuartel de caballería y por último incendiada por las tropas invasoras del país vecino. Aparecen su quinta y sexta serie de "Tradiciones" . En Nueva York aparece "El demonio de los Andes", que son tradiciones históricas sobre el conquistador Francisco de Carvajal. Escribe sobre las inquietudes literarias de su generación, que publica en 1886 bajo el título La bohemia de mi tiempo. En 1887 se publica un tomo que recoge su obra poética y dos años después la séptima serie de "Tradiciones", que incluyen los relatos de "Ropa vieja". Se publican los versos "A San Martín", homenaje al Libertador y sale al público en Buenos Aires la primera edición extranjera de las "Tradiciones". La octava serie de "Tradiciones" aparece bajo el título de "Ropa apolillada".Publica "Cantarcillos y Filigranas", "librito-tarjeta de año nuevo", en verso. Y viaja a España, acompañado de su hija Angélica de doce años, para asistir al congreso americanista, literario y geográfico celebrado en Madrid en el IV centenario del descubrimiento de América. Intenta hacer aprobar por la Academia muchos términos del castellano del Perú, pero no encuentra mucho eco a sus propuestas. Cuatro años después publicaría "Neologismos y americanismos", objeto de sus discusiones de Madrid. Y posteriormente "Recuerdos de España". En 1899 se publica la novena serie de "Tradiciones", y artículos históricos. Tambien salen a la luz sus "Cachivaches, artículos literarios y bibliográficos.En los primeros años de 1900 publica "Papeletas lexicográficas", que son dos mil setecientas voces que hacen falta en el diccionario, fruto de su gran procupación por el idioma y por su modalidad hablada en el Perú. Aparecen en Barcelona "Mis últimas tradiciones peruanas". Aún publica una pequeña autobiografía, "Doce cuentos" y "Apéndice a mis últimas tradiciones peruanas" antes de fallecer en Miraflores a la edad de 86 años, el 6 de octubre de 1919. Capítulo aparte merecen sus "Tradiciones en salsa verde". Tradiciones picantes escritas por Palma probablemente a fines del siglo XIX, pero que se cuidó de no entregar a la prensa por temor, cabe suponer, a la falsa moral que adoptó la Lima republicana, llena de reminiscencias coloniales dieciochescas. Los originales de esta obra son propiedad de la Sra. Elsa Letts de Cohen, pero se sabe que en 1904 Palma le obsequió una copia mecanografiada al historiador Carlos F. Basadre, quien posteriormente la vendió a la universidad de Duke (EEUU). Actualmente existe tambien una copia microfilmada de la de la U. de Duke, en la Biblioteca Nacional de Lima. De esta última se han sacado abundantes extractos que circulan muchos de ellos con poquísima calidad.Las principales tradiciones contenidas en el pequeño librito, llevan los siguientes títulos: "La pinga del Libertador", "El carajo de Sucre", "Un calembourg", "La cosa de la mujer", "Fatuidad humana", "Los inocentones", "El lechero del convento" y "La moza del Gobierno".

EL LIBRO


Las partes que componen un libro
Coco Chanel decía que una mujer nunca es suficientemente rica, ni está suficientemente delgada. Beethoven, en cambio, afirmaba que nunca se es lo bastante bueno o lo bastante valiente. Lo cierto es que uno, a estas alturas, ya no sabe a quien creer. De todas formas gracias por estar aquí.
Esta primera sala, nos tememos, puede resultar un poco árida, pero es imprescindible. La percepción es educación y de lo que se trata es que usted empiece a ver los libros de una forma diferente. Efectivamente, un libro es un soporte físico de información, pero también es algo más... es, o debería ser, una obra de arte y un oscuro objeto de deseo. En el principio era el Verbo, más tarde, puso Adán nombres a toda bestia y ave de los cielos y a todo animal del campo. Parece evidente que algo, antes de tener nombre, simplemente no existe. Un libro será, simplemente, un libro, antes de que nombremos las partes que lo componen, después se convertirá en una estructura compleja de arquitectura perfecta.
Entremos, pues, en materia:
Partes exteriores:
Cortes del libro: Todo libro tiene tres cortes, el superior o de cabeza, el inferior o de pie y el delantero que es el que está opuesto al lomo. El corte delantero puede ser plano (si el lomo también lo es) o adoptar forma cóncava cuando el lomo es redondo. A esta forma se le denomina mediacaña.
El corte suele ser blanco o del mismo color del papel, aunque, en ediciones cuidadas o de mucho manejo, puede dorarse, pintarse, jaspearse, bruñirse, labrarse, etc.
Planos: Los planos son las dos caras, anterior y posterior del libro, que se denominan delante y detrás.
Cubiertas: Los planos y el lomo de papel con que se forra el libro para su encuadernación en rústica se denomina cubiertas. En este caso la cubierta anterior lleva impreso en nombre del autor, el título de la obra y el pie editorial. En los encartonados, la cubierta recibe también el nombre de tapa o tabla, y pasta si se recubre con piel (ver la sala dedicada a las encuadernaciones).
Nervios: Aunque se refiere a cada una de las cuerdas, cordeles o bramantes que se colocan en el lomo del libro para reforzar la encuadernación por extensión se refiere, también, a los salientes que producen en el lomo una vez encuadernado. Reciben esta denominación porque, originariamente, estaban hechos con nervio de caballo. Hoy, en la mayoría de los casos, no son más que un adorno y se denominan nervios falsos u ornamentales.
Tejuelo: Pequeño trozo de piel, tela, papel o cualquier otro material que se pega al lomo y que lleva impreso el nombre del autor y el título. Su color suele contrastar con el de la piel del lomo.
Partes interiores:
Guardas: Hojas de papel que coloca el encuadernador dobladas por la mitad para unir el libro y la tapa. Generalmente son de papel distinto usado en el cuerpo del libro, tanto en el cuerpo como en el gramaje y en el color.
Hojas de respeto o cortesía: Hoja en blanco que se coloca al principio y al final del libro. En ediciones de lujo o especiales se colocan dos o más hojas de cortesía.
Anteportada o portadilla: Es la hoja anterior a la portada, puede ir en blanco, aunque generalmente se imprime el título del libro en caracteres abreviados o menores que el de la portada.
Contraportada: Es la cara posterior de la anteportada o portadilla, puede ir en blanco o bien figurar en ella el título general de la obra, cuando ésta consta de varios tomos. También puede figurar en ella algún grabado con retrato del autor o sin él.
Frontispicio o frontis: Es la portada cuando va orlada o decorada tipográficamente con grabados o alegorías. También se suele denominar frontis a la contraportada cuando va orlada e ilustrada.
Portada: Es la página más sobresaliente del libro; especifica de forma más extensa el título de la obra, el nombre del autor, nombre del prologuista, méritos del autor o cualquier otra explicación interesante de resaltar, lugar de la impresión, nombre del impresor y la fecha.
Página de derechos: Es la que ocupa el reverso de la portada y en ella figuran los derechos de la obra, número de ediciones, pie de imprenta, etc.
Dedicatoria: Es el texto con el cual el autor dedica la obra, se suele colocar en el anverso de la hoja que sigue a la portada. No confundir con dedicatoria autógrafa del autor que es cuando el autor, de su puño y letra, dedica la obra a una persona concreta.
Prólogo: Es el texto previo al cuerpo literario de la obra. El prólogo puede estar escrito por el autor, editor o por una tercera persona de reconocida solvencia en el tema que ocupa a la obra. El prólogo puede denominarse prefacio o introducción.
Preliminares: Antiguamente se utilizaba una página anterior al texto e incluía Censuras, Loas, Privilegios, etc. Modernamente está en desuso o bien se utiliza en caso de existir algún texto de agradecimiento.
Índice: Es una relación esquemática del contenido del libro. Puede ir al principio o al final (en las obras científicas al principio y en las literarias al final). Los índices cronológicos, geográficos, de láminas, etc. suelen ir al final de la obra.
Colofón: Se pone al final de la obra (en la última página impar) y en él consta el lugar de impresión, la fecha y el nombre de la impresión. También incluye el número de tirada y el escudo del impresor.

Tuesday, July 08, 2008

NURIELDIN HERMOSILLA, BIBLIOFILO

Nurieldin Hermosilla



Pablo Neruda

Domingo 6 de julio de 2008


Revista de Libros, El Mercurio
A 104 años del nacimiento de Neruda "Álbum de Isla Negra"
Hallazgo: el libro manuscrito que Pablo Neruda le dedicó a Alicia Urrutia
El abogado y coleccionista Nurieldín Hermosilla revela la existencia de un álbum que Neruda escribió para Alicia Urrutia en 1969. En exclusiva, se dan a conocer algunas páginas del curioso libro-objeto escrito de puño y letra por el vate con dibujos de su autoría.
Hermosilla relata cómo llegó a sus manos el manuscrito que habría pertenecido a la enigmática mujer -quien aún vive en Arica- y ofrece algunas tentativas de interpretación para estos breves poemas en los que, a los 65 años, Neruda plasma un renacimiento del amor a la vez que vislumbra su "naufragio". El especialista Hernán Loyola analiza la relación entre el poeta y su joven amada.
Pedro Pablo Guerrero


En el mundo de los bibliófilos y coleccionistas chilenos, el abogado Nurieldín Hermosilla tiene fama de ser uno de los más exigentes y especializados. Propietario de una colección que supera las 900 piezas, entre libros y documentos relacionados con Neruda, cualquier librero o anticuario sabe a quién dirigirse cuando llega a sus manos un objeto nerudiano. Los especialistas son pocos, todos se conocen y actúan como una verdadera red, intercambiando datos según sus particulares intereses.Con genuino entusiasmo y sentido del suspenso, Nurieldín Hermosilla saca de una caja fuerte la adquisición más importante que ha realizado en el último tiempo: un antiguo álbum de postales con tapa en sobrerrelieve a la moda jungstil (art decó) sobre la cual se puede leer, en alemán, "Postkarten-Album". En lugar de postales o fotos, catorce de sus páginas (todas con sus correspondientes ranuras) están escritas a mano por Neruda con tinta verde. Es un conjunto de poemas que, agrupados bajo el título de "Álbum de Isla Negra", fechado por el propio autor en 1969, le dedica a Alicia Urrutia, sobrina de su esposa Matilde, acogida junto a su pequeña hija Rosario en la casa de Isla Negra a comienzos de los sesenta.Considerada el último amor del poeta, Alicia Urrutia es una incógnita acorazada en el silencio que mantiene hasta hoy en algún rincón de Arica. En sus libros, Jorge Edwards, Volodia Teitelboim, Enrique Lafourcade e Inés María Cardone han intentado hacer un poco de luz sobre aquella mujer joven, de cuerpo atractivo, tímida, callada, casi invisible, que se ocupaba de las tareas domésticas y hacía trabajos de costura para su tía.Por lo menos hasta 1970, año en que Matilde los sorprendió in fraganti, Alicia fue la amante del poeta y sería también la musa que figura, con el nombre de Rosía, en su libro La espada encendida (1970), título adoptado de La Biblia, en la versión de Casiodoro de Reina (1569). Hermosilla también conserva el ejemplar publicado por Ediciones Sociedades Bíblicas en América Latina que perteneció a Neruda. En él están el timbre inconfundible del pez encerrado en una esfera armilar, la firma del poeta y un pasaje del Génesis marcado en tinta verde: "Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto del Edén querubines, y la espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida".En el "Club de Tobi" -como llama al anexo de su enorme y nerudiana casa en El Arrayán- donde hay una mesa de billar acorralada por cuadros, esculturas y libros, Hermosilla se explaya sobre las implicaciones y circunstancias que rodean la aparición del manuscrito.-¿Cómo se enteró de que había un álbum de Neruda en venta?-Por un librero del centro, muy conocido y serio, especializado en poesía chilena. A su local llegó el año pasado una persona. Le prestó por dos horas este libro para que lo revisara y decidiera si le interesaba o no. Costaba una suma alta, según me contó, aunque nunca me dijo lo que pagó por él. Me llamó por teléfono y llegó a mi oficina con el libro. Me dijo: "Don Nuri, yo creo que esto es una joyita, pero no tengo idea quién es la persona que me lo ofrece ni quién es esta Alicia". El tipo que se lo llevó sabía lo que valía, porque le hizo gran alharaca. Era una persona de unos sesenta años, de bigote, canoso, correctamente vestido, de corbata, que no quiso identificarse.-¿Cuánto pagó usted por él?-El librero me cobró el doble de lo que había pagado, pero le conseguí una rebaja y, lo más importante, facilidades de pago, porque era una suma muy alta.-¿Más de seis cifras?-Más. Pero a cierta edad uno empieza a hacer las cosas que siempre quiso. Esto sucede especialmente con los viciosos del coleccionismo, como nosotros. Este libro no se va de aquí, me dije. No tenía alternativa, le iba a pagar lo que me pidiera. Yo encuentro que no hay un precio real para algo así.-¿Cómo sabe que no es una falsificación?-No hay ninguna posibilidad. Siempre me fijo en la "P" de Pablo: es muy difícil hacerla. Corresponde todo: caligrafía, estilo, sistema. El libro descansa en estos poemillas que son típicas cosas de Neruda y de sus álbumes. Yo tengo cuatro de los cinco que al parecer hizo: Java, Nyon, Terusa e Isla Negra. Sólo me falta el de Capri, que, me parece, está en la Fundación.-¿Tenía antecedentes de la existencia de un "Álbum de Isla Negra"?-No. Se desconocía absolutamente. Yo les he preguntado a las personas más relacionadas con Neruda en esa época y nadie tenía la menor idea. Todos suponen que esto tiene que haberlo traído la propia Alicia cuando anduvo por Isla Negra el año pasado. Creo que ella se decidió a confirmar su amor con Neruda y puso a la venta este libro para legitimarse y terminar con el mito. El Álbum es una directa y definitiva comprobación, desde la pluma del poeta, de sus amores con Alicia. Ella en el libro no habla, no escribe, no existe, ni ha existido, es la enamorada silenciosa y oculta, la habitante del jardín del poeta "donde sólo llega tu sombra", la de ella, a quien Neruda le dice "yo colecciono tus lágrimas". Todo dentro del romanticismo pleno de felicidad y tragedia.-¿Qué imagen de Alicia percibe usted en este libro?-Es su "compañera del cielo", la que lo convierte en "ola estrellada", pero que al mismo tiempo lo hace grabar su nombre en un "trozo de corteza que sacó del árbol del olvido". Esto muestra "frustraciones del tiempo propias de la vida que se aleja", y que resume en los versos finales: "Aquí guardo... el naufragio... repetido... de mis sueños".-¿Cuál cree que fue la intención de Neruda al dedicarle este libro a Alicia?-Este Álbum no es un "lamento de solitario", como escribió Neruda en su prólogo de Canción de Gesta, sino un mensaje, un regalo, un objeto material poético confeccionado para consolarla, para que lo recuerde, porque no fructifica la esperada reciprocidad amorosa. Lo más probable es que este Álbum sea el resultado de una decisión muy firme de Neruda, en el sentido de usar todos los momentos, pero cercado por las circunstancias de vida clandestina, secreta. Finalmente no ha decidido dar el gran salto que a lo mejor ni ella pedía. Cambia el escenario usando el silencio, aun cuando con certeza debieran seguir cartas, que alguien, supongo, tendrá. Sería muy valioso que Alicia hiciera pública la correspondencia de que nos habla Edwards, que debe ser posterior a 1969. De todos modos, ciertos versos son premonitorios de los días finales que el poeta ya intuye cercanos.-¿Por qué no se decide a dar ese gran salto?-Mi opinión, no sustentada sino presumida, es que Neruda no es capaz de romper con Matilde y salir a volar con Alicia, quizás porque todavía está muy ligado a Matilde o porque el amor por esta niña no alcanza a tapar el déficit de la relación. Por su formación, por su manera de ser, por su carácter, ella es todo lo contrario de Matilde. Neruda necesitaba a una mujer fuerte que lo manejara, una administradora del castillo personal en que pasó sus últimos años. Matilde se transformó en su verdadera guardia de corps. Era muy celosa, y con razón, porque las mujeres lo acosaban. Pero yo creo que Matilde, con su actitud emperrada, también produjo un alejamiento de personas que eran amigas sinceras de Neruda, incluyendo a parientes.-Más allá de lo testimonial, ¿qué valor literario le asigna a este álbum?-Es una obra en que lo seriamente literario parece quedar fuera, y sin embargo es dulce, suave, a veces trágicamente triste, como sus versos finales, una transmisión tácita de dulzura en que los silencios son el mensaje. Es notable que a los 65 años, Neruda viva un renacimiento y logre traducir estos juegos amorosos post adolescencia en poesía fresca, juvenil, sin arrepentimiento ni vergüenza, cuando "en esta danza de los días la vida se aleja de mi propia vida", como escribe. Siempre hay un dejo de nostalgia, de tristeza, algo tanguera tal vez.

Pablo y Alicia

Hernán Loyola

Hay sectores de la prensa y de la TV chilenas que desde hace años intentan la plena incorporación de la figura de Alicia Urrutia al folklore nerudiano, asignándole en la vida del poeta, quieras o no, el rol de una Josie Bliss otoñal, de una pantera de Coihueco tardíamente trasplantada a Isla Negra. Que yo sepa, hasta ahora los resultados han sido muy modestos porque Alicia no ha "colaborado", defendiendo en cambio, con irreductible dignidad, la memoria privada y personal (la justa privacy) de la relación que vivió con Neruda. Lo cual, a mi entender, habla muy bien de la autenticidad de sus sentimientos y, a la vez, de su respeto a sí misma. Así sucedió también con el joven Neruda. Su poema "Tango del viudo" fue escrito en Calcuta, 1928, y "Josie Bliss" en Madrid, 1935, sin que nadie (aparte de Tomás Lago y algún otro amigo íntimo del poeta) estableciera una relación entre ambos textos, simplemente porque Neruda no hizo público el trasfondo autobiográfico que los unía sino en 1962, en sus crónicas para la revista O Cruzeiro Internacional. Esto significa que durante más de 30 años "Tango del viudo" fue leído y admirado al margen del folklore de la pantera birmana. Desde el punto de vista de los mass media actuales, una gran telenovela perdida. Peor aún, la persecución unilateral (por no decir obsesiva) de los detalles eróticos "para la galería" ha obstaculizado en ambos casos (Josie y Alicia) la verdadera lectura del acontecer pasional, o sea, de lo biográfico, al proyectarse a los poemas. Josie Bliss fue la primera mujer con quien Neruda convivió establemente (si bien por pocos meses). Su maestría en las artes amatorias orientales no habría tenido tan duradero efecto en la memoria y en los textos de Neruda (habría sido sólo una amante más en su lista) sin su concomitante maestría en las artes culinarias y caseras. Viviendo con ella el cónsul-poeta descubrió su lado "convencional" de buen chileno medio y su bien poco original aspiración a una mujer doblemente sabia, en la cama y en la cocina. Por eso la llama "mi esposa birmana".Pero esta exitosa dualidad de la experiencia la hizo fuerte al punto de determinar en Neruda la revisión o crítica del fundamento de su poesía anterior (los sueños y la imaginería conexa al Sur de la infancia) en favor de otro fundamento con los pies en la tierra, conexo a la circunstancia que vivía en Rangún. En breve: por extraño que parezca, a Josie Bliss debemos el título Residencia en la tierra que Neruda inventó a mediados de 1928 (en el culmen de la convivencia) para la importante compilación de poemas en que estaba trabajando. Y le debemos en buena parte el desarrollo sucesivo del libro, que no por casualidad se cierra en 1935 con un poema titulado precisamente "Josie Bliss". Simetrías y diferencias con Josie Bliss

La experiencia vivida con Alicia alcanza una proyección textual en cierto modo simétrica y de opuesto significado. Dejo de lado el anecdotario, ya bien conocido a través de Jorge Edwards, de Volodia Teitelboim y en particular de Enrique Lafourcade con su libro Neruda en el país de las maravillas (1994). Me interesa señalar, en cambio, que entre 1964 y 1968 la "residencia en la tierra" de Neruda atraviesa una fuerte crisis marcada por las sucesivas casi llegadas al Premio Nobel (por entonces el importante rol de la CIA en esos fracasos era sólo una suposición); por la carta abierta del gobierno cubano (1966); por la conexa crítica con que lo asedian el MIR y la ultraizquierda en general, sumándose al silencio hostil de que es objeto su poesía por parte de la prensa de derecha en Chile; por los tanques soviéticos en Praga (1968); y en lo personal por un enfriamiento (sucesivo al matrimonio, 1966) de su relación con esa cumplida y mejorada versión de Josie Bliss que fue Matilde (incluyendo las furias) y por la aparición de los primeros signos de una amenazante enfermedad. Los libros de la crisis son Las manos del día (1968) y Fin de mundo (1969). Pero Neruda no se rinde: busca superarla y renacer. Lo ayudarán dos factores concomitantes y sólo en apariencia contradictorios: su secreto enamoramiento con Alicia y su candidatura comunista a la presidencia de Chile. Los libros del renacer: uno de título explícito, Aún (1969), y La espada encendida (1970). Este último es por un lado la metáfora lírico-narrativa del triángulo Pablo-Alicia-Matilde en clave mítica (Rhodo, el patriarca de 130 años; Rosía, la doncella sin edad; el Volcán implacable). Por otro lado el libro supone la suspensión de la "residencia en la tierra", o sea de la historia, para reencontrarla atravesando el territorio del mito bíblico-patagónico, con movimiento contrario al de "Alturas de Macchu Picchu" (1946), donde el mito prehispánico transitaba hacia la historia con un poeta también renaciente: "Sube a nacer conmigo, hermano".Para resumir la compleja relación de Alicia Urrutia con la poesía de Neruda (y no sólo con el hombre), concluyo citando al eminente Alain Sicard: "El interés de La espada encendida está en que muestra, mejor que ningún otro libro de Neruda, cómo las certezas de la historia emprenden los difíciles caminos de la experiencia personal, manteniendo con ésta un constante intercambio dialéctico en medio del cual está situada la concepción nerudiana del amor".

NUESTRO CONSOCIO NURIELDIN HERMOSILLA Y EL "ALBUM DE ISLA NEGRA"


Agence France-Presse - 7.7.2008 19:17
Poemas inéditos parecen confirmar último romance secreto de Pablo Neruda
Una serie de poemas inéditos escritos sólo cuatro años antes de morir parecen confirmar el último romance del poeta y Premio Nobel chileno Pablo Neruda con la joven Alicia, sobrina de su tercera esposa y quien acompañó a ambos en sus últimos años de vida.
Son 14 poemas, compilados en un libro que fue bautizado como 'Album de Isla Negra' que fue adquirido recientemente por uno de los mayores coleccionistas de su obra en Chile, el abogado Nurieldín Hermosilla, quien a su vez lo compró por una alta suma a un librero que antes lo había adquirido a un anónimo vendedor.
Las piezas están escritas con la tradicional tinta verde que utilizaba Neruda y representan una declaración de amor incondicional a la joven Alicia Urrutia, sobrina de su última esposa, Matilde Urrutia.
Según Hermosilla, Alicia era cuarenta años menor que Neruda, que murió a los 69 años de edad en 1973.
"Son una directa y definitiva comprobación desde la pluma del poema de sus amores con Alicia", dijo el coleccionista, especializado en la obra de Neruda, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1971.
El texto se hizo público por decisión de la propia Alicia, que aún vive pero que jamás ha pronunciado palabra pública sobre el tema, dijo el abogado.
"Creo que ella se decidió a confirmar su amor con Neruda y puso a la venta este libro para legitimarse y terminar con el mito", dijo el abogado.
En el libro, Neruda le dice a su amada Alicia: "En tus sueños nacen las alas azules que guardo en este libro perdido/Yo colecciono tus lágrimas/Ellas vuelan a una caja que guardo en un jardín donde sólo llega tu sombra/Aquí está el árbol de olvido/De él saqué un trozo de madera para grabar tu nombre", según páginas reveladas por el diario El Mercurio.
Los nuevos poemas generaron reacciones dispares entre los amantes de la poesía de Neruda, a quien se le considera el autor de los versos de amor más leídos en el mundo.
"Esto es sumamente importante, contribuye a la estructuración de toda la obra de Neruda", dijo Aída Figueroa, directora de la Fundación Neruda.
"Alicia es una figura que por mucho tiempo se trató de soslayar (...) Fue la última pasión de Neruda y le trajo terribles dolores", agregó Figueroa.
El poeta Armando Roa se manifestó en el mismo sentido: "La reacción frente a textos inéditos de nuestros grandes poetas es, por supuesto, de alegría, de entusiasmo y de celebración", dijo.
Pero para los poetas Armando Uribe y Floridor Pérez, los textos inéditos no son un mayor aporte. "No me parece que tenga gran interés literario", dijo Uribe, Premio Nacional de Literatura 2004.
"Esto debe ser muy relevante para un coleccionista, por su rareza, pero para la obra literaria de Pablo Neruda no tiene importancia", señaló por su parte Floridor Pérez.
El romance con Alicia inspiró y atormentó a Neruda en el ocaso de su vida, aunque ya en otras ocasiones el poeta había estado enfrascado en un triángulo amoroso, según relata la periodista Inés María Cardone en su libro "Los amores de Neruda".
Precisamente el amor hacia Matilde Urrutia -su tercera y última esposa- surgió cuando se encontraba casado con su segunda mujer, la pintora argentina Delia de Carril, 20 años mayor que él.
Matilde y Neruda vivieron un romance oculto durante años, en una situación que luego se repitió a escasos años de morir, esta vez con la joven Alicia.
Alicia era sobrina de Matilde y fue acogida por ella en su casa de Isla Negra, en la costa central chilena, a fines de los años 60, cuando recién había sido madre de una niña llamada Rosario.
Matilde habría sorprendido a ambos en el lecho y echado a su sobrina del hogar, aunque el amor entre la joven y el viejo poeta no habría terminado, siguiendo hasta pocos meses antes de la muerte del poeta, en 1973, según Cardone.

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