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Editor: Neville Blanc

Sunday, November 25, 2012

Alejandro Álvarez Jofré

Alejandro Álvarez Jofré:
El juez chileno que estuvo en todas las etapas de la Corte de La Haya


En 1907 fue invitado a integrar la Corte Permanente de Arbitraje. Luego fue árbitro de la Corte Internacional Permanente de Justicia y, tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, fue parte de los pioneros del actual tribunal.

Matías Bakit R.

El Mercurio Reportajes Santiago de Chile
domingo 25 de noviembre de 2012
Actualizado a las 11:00 hrs.


 
Se dice que ser parte de la Corte Internacional de Justicia de La Haya es uno de los más altos honores que puede recibir un experto en derecho internacional y en litigios.

Hoy, 15 de los más reputados jueces del mundo forman parte de este selecto grupo, que es el principal órgano jurídico de las Naciones Unidas en el mundo. Y varios más intentan ingresar, como se dice que es el caso, por ejemplo, del abogado australiano que defenderá a Chile, James Crawford.

Llegar a ese puesto, comentan, es difícil.

Por eso puede parecer sorpresivo cuando, al mirar en la base de datos de la misma corte, se puede ver un chileno que fue parte de los jueces.

Según los registros de la Corte Internacional de Justicia, Alejandro Álvarez Jofré -hoy conocido como uno de los más grandes juristas internacionales de la historia de Chile- fue juez del tribunal entre los años 1946 y 1955.

Sin embargo, sus nexos con la corte databan de antes.

Aunque al principio no brilló como alumno en la Universidad de Chile, sí lo hizo luego cuando comenzó a enseñar en la misma casa de estudios. Eso le valió ir a perfeccionarse a la Universidad de París, donde, en 1898, se titula de doctor en Derecho.

Por esos años publica varias obras que le confieren reconocimiento mundial. En Francia se le premia con cátedras académicas y mientras tanto, en Chile, se lo nomina como asesor jurídico de la Cancillería.

Al mismo tiempo, lanza un plan de reforma a los estudios universitarios y sienta las bases para una triple alianza entre Chile, Argentina y Brasil, que luego se transformaría en el tratado A B C, firmado en 1915.

Años antes, en 1899, el zar Nicolás II había organizado la primera Corte de Arbitraje en La Haya. Sin embargo, los procedimientos no estaban claros aún. Por ello, en 1907 se cita a la Segunda Conferencia de la Paz en La Haya para mejorar las reglas de los arbitrajes. Esta vez fueron invitados los países de América Latina.

Cuentan las crónicas de la época que la intervención de Álvarez -que era el representante de Chile- fue tan notable que se le ofreció inmediatamente ser uno de los jueces del primer tribunal internacional: la Corte Permanente de Arbitraje de la Haya.

Pese a que en 1920 la audiencia cambiaría sus reglas y pasaría a llamarse Corte Internacional Permanente de Justicia de La Haya, el juez chileno siguió siendo parte del tribunal, participando, por ejemplo, en el litigio entre Hungría y Checoslovaquia de 1932, donde fue árbitro.

Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, la corte dejaría de funcionar y Álvarez volvería a Chile. Pero no por mucho tiempo. Una vez restablecida la paz, en 1946, el tribunal quiso volver a funcionar. Por eso, buscó a los jueces de más experiencia en el mundo. Entre ellos, Alejandro Álvarez, quien integró el grupo de los primeros jueces históricos que conformaron la actual Corte Internacional de Justicia, la misma que revisará el caso Chile-Perú desde el lunes 3.

En 1956, dejó la corte. Cuatro años después, murió en París y fue sepultado en Chile, en medio de homenajes de toda la comunidad internacional.
Cuentan las crónicas de 1907 que la intervención de Álvarez fue tan notable que se le ofreció inmediatamente ser uno de los jueces del primer tribunal internacional.

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