SOCIEDAD DE BIBLIÓFILOS CHILENOS, fundada en 1945

Chile, fértil provincia, y señalada / en la región antártica famosa, / de remotas naciones respetada / por fuerte, principal y poderosa, / la gente que produce es tan granada, / tan soberbia, gallarda y belicosa, / que no ha sido por rey jamás regida, / ni a extranjero dominio sometida. La Araucana. Alonso de Ercilla y Zúñiga

My Photo
Name:
Location: Santiago de Chile, Región Metropolitana, Chile

Editor: Neville Blanc

Monday, September 29, 2014

Libros de valor patrimonial en Chile


 
El Mercurio Jueves 18 de Septiembre de 2014

 
Libros de valor patrimonial que amerita rescatar

Para estas Fiestas Patrias, bibliófilos y libreros escogen algunos títulos que consideran testimonio de la identidad chilena, pero que nunca se reeditaron o dejaron de circular hace décadas. 
 
CONSTANZA ROJAS VALDÉS  

Revistas

"Ahí está la base intelectual de lo que sucedió después", dice el bibliófilo César Soto acerca de la revista Claridad , de la Federación de Estudiantes de Chile, editada inicialmente entre los años 1920 y 1932. En ella publicaron Pablo Neruda, Raúl Silva Castro y otros destacados intelectuales. Así también, a Soto le parece digna de rescatar la revista Multitud , que tuvo entre sus participantes a Pablo de Rokha. Se han encontrado 38 títulos entre 1938 y 1963, pero Soto acota: "Es una importante publicación, de la cual no hay colecciones completas, pues ni siquiera se sabe cuántos números se publicaron".

Novelas


De Rafael Maluenda (1885-1963) se puede encontrar "Historias de bandidos" y el cuento "La Pachacha", pero otros libros como la novela "Venidos a menos" , publicada por "Los Diez" en 1916, no circulan. "La novela habla de la decadencia de la sociedad alta chilena, o de buen pasar, y es el antecedente de muchas novelas de la Generación del 50 que hablan de eso mismo. Todo esto ya estaba dicho aquí", argumenta el librero Luis Rivano. Además de escritor, Maluenda fue director de "El Mercurio", miembro de la Academia Chilena de la Lengua y obtuvo el Premio Nacional de Periodismo.

Algo similar ocurre con Luis Orrego Luco (1866-1948), quien formó un grupo literario con Rubén Darío y Pedro Balmaceda, y fue director de la Escuela de Bellas Artes, de quien se conoce principalmente "Casa Grande". Rivano rescata las novelas "Un idilio nuevo" y "En familia" .

Viajeros de antaño


El bibliófilo Exequiel Lira destaca los libros de dos emprendedores en Chile. El viajero inglés Peter Schmidtmeyer recorrió Sudamérica entre 1820 y 1821, y publicó un libro en 1824, en Londres, con sus impresiones titulado "Travels into Chile over the Andes" , en el que recorre nuestro país y la pampa. Además, incluye valiosos grabados y planos. Tuvo una edición en Argentina en 1947, pero en Chile ninguna.

Así también está Charles Lambert , un empresario de origen francés nacido en 1793 que vivió en Coquimbo y se hizo rico trabajando con la escoria del cobre. Además, era un aficionado a la navegación y recorrió el mundo, incluido Chile, en su yate el "Wanderer". En 1883 se publicó en Londres el libro "The voyage of the 'Wanderer'" , basado en los diarios y cartas de Lambert, también acompañado de valiosas ilustraciones. "Viajaban con pintores y escritores", detalla Lira.

Investigaciones prehispánicas


Ricardo E. Latcham (1869-1943) fue un destacado investigador de origen inglés, que se dedicó a la etnografía prehispana. "En dos períodos sucesivos, durante los cinco años de su trabajo, se consagró a conocer con profundidad la vida del araucano (...) Antes de aprender el castellano, habló el araucano", dijo de él Guillermo Feliú Cruz, en 1969. Latcham, además, se convirtió en el primer Decano de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile y fue director del Museo de Historia Natural. "Gran parte de su producción, la más importante, jamás ha sido reeditada", dice el librero Luis Rivano, quien entre sus ejemplares tiene "Alfarería indígena de Chile" (1928, en la foto).

" Tomás Guevara (1865-1935) es uno de los más importantes historiadores del período prehispánico de Chile. Quienes han escrito después, al menos los que yo he visto, todos se han basado en él. Algunos lo mencionan en la bibliografía, otros no", dice Luis Rivano, quien lo destaca entre los autores relevantes para la identidad chilena cuya obra no ha sido reeditada. Fue autor de libros como "Folklore araucano: refranes, cuentos, cantos, procedimientos industriales, costumbres prehispanas" (1911), "Psicolojía del pueblo araucano" (1908) y el librero muestra una versión no encuadernada de "Historia de la civilización de la Araucanía" (1898-1902), que se publicó por partes en los Anales de la Universidad de Chile.

Geografía


En el "Diccionario geográfico de la República de Chile" , de Francisco Solano Astaburuaga, y publicado por primera vez en 1867, aparece el detalle de los ríos, pueblos, fundos, cerros y localidades del Chile de entonces. Tuvo una nueva versión en 1924 realizada por Luis Risopatrón, pero ninguna de las dos ha sido reeditada en la actualidad.

Quinta Normal


El francés René F. Le Feuvre fue contratado por el Gobierno como director del Instituto Agrícola, de la Quinta Normal de Agricultura. A esta le dedicó, en 1889, un libro homónimo describiéndola en detalle y con láminas de sus hitos, además de algunos planos. El libro, que aparece como un registro de este parque en el siglo XIX, está en francés y hay un ejemplar en la Biblioteca del Congreso Nacional (BCN), en la Sala de Libros Raros y Valiosos. Es destacado por Juan Guillermo Prado, encargado de la sección.

Caballos


En 1914, Uldaricio Prado publicó el libro "El caballo chileno" , en el que realiza un estudio histórico y zootécnico de esta especie, además de repasar la historia de la hípica en España y América. "Es un libro súper importante y a todos los criadores les interesa muchísimo", dice Juan Guillermo Prado, de la BCN.

DE NUESTROS SOCIOS: EXEQUIEL LIRA IBÁÑEZ


cliquear imagen para leer

Sunday, September 28, 2014

La Colección Abelló

La Colección Abelló deslumbra en Madrid
ABC.es Día 27/09/2014 - 22.16h

El Ayuntamiento de la capital exhibe, a partir del 2 de octubre, 160 de sus tesoros, desde el Gótico hasta el siglo XX

Hay coleccionistas de arte y gente que compra cuadros, por muchos y muy caros que sean. Entre estos últimos, magnates rusos, jeques árabes, empresarios de la música y los casinos, que, a golpe de talón, adquieren obras de arte sin ton ni son. Solo tienen una consigna: que sean de nombres muy conocidos. El empresario español Juan Abelló y su esposa, Anna Gamazo Hohenlohe, pertenecen al primer grupo. Y, dentro de este, a la Primera Liga. Aquí solo «juegan» los mejores. Y eso no significa ser los más ricos, sino los que más aman el arte. Codician piezas muy selectas que enriquezcan sus colecciones. La de Abelló es una de las mejores del mundo. No es enorme (medio millar de piezas, atesoradas por el matrimonio durante las últimas cuatro décadas y repartidas entre su casa de Madrid, la oficina del empresario en la capital y sus fincas), pero la calidad es excepcional.
Hasta ahora habíamos visto préstamos aislados en exposiciones y algunas selecciones en Santander y en el Museo Thyssen. Pero nunca habían salido a la luz todos sus tesoros. La sala CentroCentro del Ayuntamiento de Madrid, que ya ha mostrado otras colecciones españolas de primerísimo nivel (Casa de Alba, Masaveu, Helga de Alvear), exhibirá 160 joyas de la Colección Abelló. De la puesta en marcha de esta estupenda exposición se ha ocupado un equipo capitaneado por el comisario, el exdirector del Prado Felipe Garín, del que también forman parte Enrique Gutiérrez de Calderón, director del proyecto; y Almudena Ros de Barbero, comisaria adjunta y conservadora de la Colección Abelló. Esta cuenta hasta con restauradora propia. Se nota el mimo con que se cuidan estos fondos. Todas las obras están en perfecto estado de revista: su estado de conservación es impecable. Su belleza queda realzada gracias al elegante montaje que firman Francisco Bocanegra y sus colaboradores.

Homenajes y guiños

El recorrido arranca con dos homenajes: uno a Madrid, en una sala con vistas de la ciudad; y otro al Greco, en su 400 aniversario. Cuelga «La estigmatización de san Francisco», del cretense. En uno de los guiños que hay por toda la muestra vemos a lo lejos un tríptico de Bacon. El británico mira al Greco. Lo hizo en vida, vampirizando lo mejor de su estilo. Pero hay más guiños: un retrato de Felipe II, de Jorge de la Rúa, frente a una «Mujer sentada», de Juan Gris.
El espacio dedicado al Gótico es impresionante. Hay joyas por cada rincón: una tabla de Berruguete, otra de Juan de Flandes, junto a una exquisitez: la «Virgen de la Leche», de Lucas Cranach el Viejo. Es uno de los artistas favoritos de Abelló. Y, si hablamos de sus preferencias, en esta sala cuelga «Salvator Mundi entre san Pedro y san Juan», de Fernando Yáñez de la Almedina. Es uno de los tesoros del patrimonio español que salieron del país y que Abelló ha recuperado importándolos. Otros destacados son: «El Olfato», de Ribera; «El joven gallero», de Murillo, y «La familia de la Virgen», de Zurbarán.

Un coleccionista generoso

Explica el comisario que Abelló ha sido muy generoso con los préstamos: no hay ninguna obra que no haya querido ceder para la ocasión. Además, donará los posibles beneficios a Cáritas Madrid. En 2015, una selección de maestros andaluces de la Colección Abelló se verá en Sevilla y parte de sus fondos irán al Meadows Museum de Dallas para celebrar su 50 aniversario. Recorriendo la exposición, salta a la vista su debilidad por el dibujo. Hay una selección estupenda tanto de artistas españoles (Berruguete, Murillo, Alonso Cano, Goya, Sorolla, Picasso, Juan Gris, Dalí), como extranjeros (Tiepolo, Van Gogh, Klimt, Schiele, Matisse, Grosz, Balthus).
Resulta difícil recomendar piezas entre tanta obra maestra. Cuelgan cuadros heredados por Anna Gamazo de su familia (dos cestas de flores de Arellano y dos esculturas de José de Mora); espléndidas vedute italianas (Canaletto, Guardi, Joli); los retratos que Goya hizo a sus consuegros... Hay dos joyas que lucen con sus dibujos preparatorios: «Después del baño», un bellísimo pastel de Degas; y el célebre «Violonchelista», de Modigliani. En el reverso pintó un retrato de Brancusi. Abelló consiguió hacerse con los bocetos del anverso y del reverso. Ello da una idea de su manera de coleccionar. Junto a ellos luce una de las codiciadas esculturas del artista italiano.
Y más momentos emocionantes: un Rothko muy stendhaliano, en rojo y negro, frente a una pared con cinco grandes Mirós. Se exhiben hasta 14 Picassos. Abelló siente debilidad por este artista y, especialmente, por «Desnudo sentado», que procede de la familia Picasso. La muestra se cierra con un importante grupo de Bacon. Comenta el comisario que Abelló está «entusiasmado» con esta exposición: «Se ha involucrado mucho en la selección de las obras y ha estado varias veces en el montaje. Recorre una y otra vez las salas. Se le ve feliz».

El relato de John Smith, de Sir Arthur Conan Doyle

La novela de Sir Arthur Conan Doyle que quedó olvidada 130 años en un cajón
Día 29/09/2014 - 02.09h

Llega a España la primera traducción de «El relato de John Smith», escrita antes de la saga de Sherlock Holmes

Llega a España la traducción de la primera novela de Sir Arthur Conan Doyle, «El relato de John Smith», que quedó guardada en un cajón durante 130 años y ahora se ha traducido por primera vez en todo el mundo. El manuscrito original, que fue pasando de herencia en herencia durante años, salió a subasta en 2004, cuando fue adquirido por la Biblioteca Británica.
Antes de comenzar su exitosa saga de Sherlock Holmes, cuando Conan Doyle tenía 23 años y acaba de licenciarse en Medicina, trabajaba en un consultorio mientras escribía cuentos para ganar un dinero extra que publicaban revistas y editoriales, según han explicado a Efe desde la editorial andaluza Confluencias, que ha publicado el libro. El escritor decidió entonces que sería más rentable publicar una novela y envió «El relato de John Smith» a su editor, pero se perdió y nunca llegó a aparecer.
Conan Doyle escribió en 1893 un artículo sobre ese extravío en el que se lamentaba de lo ocurrido: «¡Lástima el horrible suceso acaecido! Los editores nunca lo recibieron. El correo envió incontables impresos azules informándome de que no sabían nada de él y desde ese día no se ha vuelto a saber nada del pobre», escribió entonces el escocés.

Similitudes en obras posteriores

Cuando comenzó a publicar las aventuras de Sherlock Holmes, Conan Doyle decidió recuperar aquel primer libro por nostalgia y lo reescribió de memoria. De ese relato había utilizado muchos elementos en sus novelas posteriores, como el personaje de la señora Hudson de «Sherlock Holmes», que era el ama de llaves en esa primera novela.
«Debo confesar con total honradez que mi sorpresa ante su desaparición se queda en nada ante lo que sería mi horror si de repente apareciera de nuevo... impreso», admitió después el escritor escocés, consciente de algunos defectos de esta primera obra de juventud.
Un equipo de editores, compuesto por Jon Lellenberg, Daniel Stashower y Rachel Foss, trabajó sobre el manuscrito y finalmente el libro se publicó en Reino Unido en 2011, convirtiéndose en una de las sensaciones editoriales del país.
El protagonista de «El relato de John Smith» es un hombre con un toque misántropo que debe quedarse encerrado en su casa durante una semana y recibe la visita de su médico, con el que no se lleva especialmente bien. El libro permite además conocer las opiniones de Conan Doyle, quien lo dotó del humor con un punto pedante que sazona toda su obra.

DE NUESTROS SOCIOS: DON JUAN GUILLERMO PRADO OCARANZA

 
 
Don Juan Guillermo Prado Ocaranza ha sido incorporado como socio de número de la Sociedad de Bibliófilos Chilenos por acuerdo del Directorio, septiembre de 2014.



Breve Referencia Curricular
 
 
Juan Guillermo Prado Ocaranza.

 jprado@bcn.cl
 
 
Nació el 7 de marzo de 1951, en la ciudad de La Serena. Periodista y escritor. Estudio Derecho e Historia en la Universidad de Chile y Periodismo en la Universidad Bolivariana. 
Redactor y columnista de los diarios "El Mercurio", "La Tercera", "La Nación", "Las Últimas Noticias" y diarios regionales de "El Mercurio". Ha sido colaborador de diversas revistas y en programas matinales de Canal Nacional y Canal 13.
Ha sido profesor universitario en varias universidades.
Actualmente, es director de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía y vicepresidente del Instituto de Conmemoración Histórica. Es miembro del Colegio de Relaciones Públicos de Chile A. G. Se desempeña en la Biblioteca del Congreso Nacional, estando a cargo de la Sala de Libros Raros y Valiosos. Sus obras abarcan la historia, el folklore, la religión y la ufología, los mitos y las costumbres.

OBRAS (Lista selectiva):

1.    Santuarios y fiestas marianas en Chile. Ediciones Paulinas.1981
2.    Síntesis historia del folclore en Chile. (con Juan Uribe Echevarría). Instituto Panamericano de Geografía e Historia, organismo especializado de la OEA.1982
3.    Sectas juveniles en Chile, Editorial Covadonga. 1984
4.    La Tirana. Editorial Kactus. 1986
5.    Los iluminados del Valle de Elqui. Editorial Universitaria. 1990
6.    Evangélicos bajo la Cruz del Sur: panorama del protestantismo en la Región de Aysén. Corporación de Desarrollo de Aysén. 1993
7.    Cuasimodo. Carga de Caballería lo divino. Ediciones San Pablo.  1995
8.    Predicciones del fin del milenio. Entre el Apocalipsis y la Nueva Era. Editorial Grijalbo. 1998
9.    OVNIS: la respuesta está allá arriba. Editorial Grijalbo. 1999
10.    Sectas y crímenes rituales contemporáneos. Editorial Alba. 2000
11.    Léxico Ovnilógico. Editorial Alba. 2000
12.    La Iglesia dialoga con la Sinagoga. Editorial Alba. 2000
13.    Historia de la fe bahá'í en Chile. Editorial Alba. 2001
14.    Fray Andresito, precursor del movimiento obrero. Ediciones Franciscanas.  2001
15.    San Ramón de Providencia, "madre de parroquias", 1901-2001. Ilustre Municipalidad de Providencia. 2001.
16. Ángeles: nuestros aliados celestiales. Editorial Alba. 2002.
17. La Iglesia dialoga con el Islam, Editorial Lom. 2002.
18. María en Chile. Fiestas Populares. Biblioteca Americana. Universidad Andrés Bello. 2002.
19. Historia de la Ufología en Chile. (con Luis Altamirano C.). Editorial Alba. 2009.
20. María, dentro y fuera de la Iglesia. Editorial San Pablo. 2010.
21. 200 años de la Prensa en Chile. (con otros autores). Editorial Universidad de Santiago de Chile. 2011.
22. Inmigración internacional en Chile (con otros autores). Dihego Impresores. Viña del Mar. 2011.

LIBROS Y LUGARES DE NUESTRA AMÉRICA

Lugares con el corazón de tinta

Cuantas veces no has estado leyendo una novela y, de repente, el protagonista de la historia llega a un lugar que tu conoces o por el que has pasado muchas veces; ¿a poco no sería padre organizar un tour literario y lanzarte a la aventura?
TURISMO LITERARIO Recorre los lugares que aparecen en algunas novelas conocidas como Pedro Páramo, Cien años de soledad, La región más transparente, La Tumba y El principio del placer. (FOTO: Diseño )

POR LILIANA MEJÍA/ CLÍNICA DE PERIODISMO
| domingo, 28 de septiembre de 2014 | 00:10
   
Muchas veces las novelas nos presentan lugares llenos de color, tragedia o amor que atraen nuestra curiosidad para viajar hasta donde caminaron o habitaron los personajes de aquellas historias. Esa cosquillita se convirtió en Turismo Literario y es parte del turismo cultural que se da en los sitios ambientados para las novelas. Algunos son ficticios, pero otros existen en la realidad y los encuentras aquí, dentro del país… aunque muchas veces también están a unos cuantos kilómetros.
De seguro ya has recorrido algunos de estos espacios que a partir de ahora verás con más nostalgia. Te ayudamos a trazar una ruta para recorrer los mismos escenarios que conocieron personajes o autores.
 
COMALA
Pedro Páramo
Empecemos de arriba para abajo. En 1955 el escritor jalisciense Juan Rulfo publicó su novela Pedro Páramo en donde Juan Preciado va en busca de su padre al pueblo fantasma de Comala para cumplir la promesa que le hizo a su madre antes de morir. Pero Comala no es ese lugar abandonado, desolado y lleno de lamentos que Pedro Páramo dejó, ¡diantres! Esta localidad está en  Colima y es catalogada como un Pueblo Mágico. Puedes recorrer sus callejuelas coloreadas de blanco y rojo por sus paredes y tejados, la Ex Hacienda de las Nogueras  y la Parroquia de San Miguel Arcángel, así entenderás por qué este espacio cautivó al escritor. Por cierto, Comala proviene del náhuatl comalli que significa “lugar sobre las brasas”.
TIP: No te regreses sin cenar un “picón”, pan dulce tradicional. Acompáñalo de un ponche hecho con zarzamora, guayabilla, ciruela pasa y tamarindo
Dónde: A Colima 3,700 vuelo redondo en Aeromar / 920 pesos en autobús Primera Plus. De ahí a Comala son 11 kilómetros por la carretera estatal 16
 
LOS AZUEJOS
La región más transparente
Ya en el centro del país, recordamos La región más transparente, publicada en 1958, novela en la cual Carlos Fuentes presenta la vida de distintos personajes que en algún punto se entrelaza. La historia personal de cada uno retrata sectores y etapas de la sociedad en transformación, asimismo se incluye una crítica a la Revolución Mexicana por parte del autor. La Ciudad de México de los años 50 quedó atrás, pero aún existen lugares emblemáticos como Paseo de la Reforma, la Alameda, el Hotel del Prado o la famosa Casa de los Azulejos, que sirven como escenarios de esta novela. Por cierto, a principios del siglo XX, la Casa de los Azulejos fue residencia, droguería y ahora es parte de una cadena de restaurantes.   Además, en 1881 fue cede del Jockey Club de México, donde se reunía la alta sociedad porfiriana.
TIP: Al entrar al restaurante no olvides prestar atención a su arquitectura: un patio rodeado por arcos de madera y piedra, con una fuente en el centro
Dónde: Madero 4 Centro Histórico
Precio: 5 pesos de un boleto del Metro más lo que decidas desayunar, si decides quedarte
 
CHAPULTEPEC
Tenga para que se entretenga 
 
Para caminar un poco más llegamos hasta el cuento "Tenga para que se entretenga" del libro El principio del placer de José Emilio Pacheco publicado en 1972. En él, Olga, la mamá de Rafael, un niño de seis años, decide pasar un rato al parque de Chapultepec. En un momento Rafael se entretiene con unas conchas cuando un hombre sale del suelo para invitarlo a la ciudad de los muertos. Su madre piensa que el hombre es un oficial hasta que vuelve la mirada al niño y se da cuenta que no está. Esta historia de misterio tiene como contexto el Bosque de Chapultepec que en 1530 fue declarado un lugar de “distracción” para los habitantes. En 1785 se construye por orden del Virrey Bernardo de Gálvez el Palacio Virreinal, hoy Castillo de Chapultepec. Actualmente está dividido en tres secciones, cuenta con museos, un zoológico y varias actividades culturales y recreativas. La superficie total de la primera y segunda secciones es de 438 hectáreas y de éstas, 117 las ocupan construcciones.
TIP: Puedes ir a caminar, correr o andar en bici, sólo ten cuidado con los hombres que salen de la tierra, o bien, ve a buscar el lugar exacto en donde el pequeño Rafael fue visto por última vez
Dónde: Paseo de la Reforma, Miguel Hidalgo
Precio: Entrada libre
 
CIUDAD UNIVERSITARIA
La tumba  
Ya en el sur de la ciudad no podía faltar José Agustín con La Tumba (1964), una obra que muestra el mundo de los adolescentes a través de Gabriel Guía, un joven preparatoriano rebelde y desencantado con la vida que descubre temas como la sexualidad, la moral, la libertad y la contracultura. Los amigos y novias que acompañan a Gabriel recorren la ciudad de los 60, entre cafés y escuelas, hacen una parada en una de las más significativas del país: Ciudad Universitaria, recinto de la máxima casa de estudios, inaugurada en 1952 por el presidente Miguel Alemán Valdés.  El campus está construido en dos millones 620 mil 295 metros cuadrados y en 2007 fue declarado por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
TIP:  La Sala Nezahualcoyotl tiene una capacidad para 2,311 asistentes. Si te apresuras puedes alcanzar un lugar para alguno de los conciertos de la OFUNAM
Dónde: Av. Universidad 3000, Ciudad Universitaria
Precio: 5 pesos de  un boleto del Metro/ 6 pesos de Metrobús

MACONDO
Cien años de soledad
Para ir más allá de los límites del país te llevamos a Colombia. Aunque Macondo no es una ciudad real, sí existe otra que le sirvió de musa al escritor colombiano Gabriel García Márquez para desarrollar el libro Cien años de soledad (1967), y se trata de Aracataca, el pueblo donde vivió los primeros años de su vida, un lugar que tuvo una prosperidad  bananera, habitado por 38 mil personas. Macondo fue fundada por José Arcadio Buendía, ubicado cerca del río, a unos kilómetros de Riohacha, con la cual una noche soñó y vio el nombre de Macondo. Este lugar es mencionado en otras novelas del autor como La mala hora, La hojarasca y Los funerales de la Mamá Grande. Se espera que dentro de poco se inaugure la Ruta Macondo Realismo Mágico para que los turistas conozcan Aracataca, Pueblo Viejo, Zona Bananera, Sitio Nuevo y Ciénaga.
Por cierto, la Casa Museo Gabriel García Márquez se construyó en 2005 y abrió sus puertas cinco años después en el terreno que ocupó la casa de los abuelos del escritor y dónde vivió por diez años. La casa original se demolió Si llegar a ir, en ese sitio podrás encontrar mobiliario y utensilios que usaron los Buendía.  
TIP: Tienes que conocer  el despacho del coronel Nicolás Márquez, abuelo del escritor, el taller de platería, el corredor de las begonias, la despensa y el patio
Dónde: Carrera  5, Aracataca, Magdalena. Colombia
Precio: 5,693 pesos vuelo redondo a Bogotá por Avianca. De ahí te diriges a la Terminal Santa Martha para tomar el autobús con destino a Aracataca

INVITACION A LOS SOCIOS Y AMIGOS DE LA SBCH


cliquear imagen para leer

Saturday, September 27, 2014

Códice Chimalpáhin

PATRIMONIO

México recupera un códice del siglo XVII, origen de su historiografía


  • El Gobierno ha comprado el Códice Chimalpáhin, uno de sus códigos fundacionales a la Sociedad Bíblica de Londres, quien lo poseía desde el siglo XIX


Inicio del documento
Inicio del documento

"Aquí comienza la crónica y antigüedad de los mexicanos". México ha recuperado, tras 187 años, uno de sus documentos fundacionales: el Códice Chimalpáhinuno, escrito en el siglo XVII. Dos historiadores indígenas, Domingo Chimalpahín y Fernando de Alva Ixtilxóchitl fueron los encargados de redactar el documento.
Pero en 1827 el documento fue intercambiado por biblias protestantes para dar inicio a una campaña nacional de alfabetización. La obra es considerada el inicio de la historiografía mexicana ya que es una fuente fundamental sobre la vida cotidiana, la sociedad y la política mexicana antes de la colonización y también de la nueva España.
Era una lectura de cómo los veían los mexicanos y de cómo los veían los españoles. Además de ser un relato de sus orígenes, el códice relata también la llegada de los aztecas a Tenochititlán- hoy México DF-.

Un documento extraviado

La historia del extravío del documento comienza en la segunda mitad del XVII, cuando el jesuita Carlos de Sigüenza y Góngora reunió en tres volúmenes todo el códice en su biblioteca, que luego pasó a formar parte del Colegio de San Ildefonso de la ciudad de México.
Hasta hoy, no existían en México manuscritos originales de Domingo Chimalpahin o De Alva Ixtilxóchitl, solo copias de diferentes épocas en distintos archivos y bibliotecas, incluyendo el Archivo General de la Nación y la biblioteca Nacional.
Ahora estos documentos han sido adquiridos por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Su scretario técnico, César Moheno ha calificado de "inédito" la repratición del Códice y, tras conocer que la Sociedad Bíblica de Londres decidiera subastar parte de su acervo, el INAH inició negociaciones para poder adquirirlos directamente., la cual se logró el pasado 20 de mayo.

Maurits Cornelis Escher (1898 - 1972).

Escher: Obsesión por lo imposible


  • El genial dibujante y grabador holandés expone lo mejor de su obra en Roma.

  • Hay en sus trabajos un juego entre el arte y las matématicas que genera un mundo más cercano a los sueños que a la realidad.

  • Ferozmente individualista, Escher rechazó una oferta de Mick Jagger para utilizar uno de sus grabados en la portada de un disco de los Rolling.



ADVERTISEMENT
"Sólo quienes intentan cosas absurdas alcanzarán lo imposible". Eso pensaba el artista holandés Maurits Cornelis Escher (1898 - 1972). Y si por absurdo se entiende lo inverosímil, lo asombroso y lo paradójico, a eso dedicó él justamente la mayoría de sus 73 años de vida: a explorar el terreno de lo increíble, a transformar la materia real en imágenes irreales, a bucear en el infinito, a investigar el mundo de las simetrías, a crear mosaicos pictóricos en los que las figuras que los componen se transforman casi por arte de magia en otras... Todo ello, con obsesiva precisión matemática.
La matemática es una ciencia que siempre ha ejercido una enorme fascinación en numerosos artistas. Desde Fidias (el artista griego que hace 2.500 años ya aplicaba el número áureo, el número de la proporción divina, en sus esculturas) hasta Le Corbusier, pasando por Leonardo Da Vinci. Pero nadie como Escher ha sabido plasmar sobre el papel sus leyes y principios. Porque Escher no sólo pintaba o grababa: lo que hacía en realidad era reflexionar (y a veces solucionar) con imágenes problemas de la geometría euclidiana y no euclidiana. Lo que explica por qué es sin duda el artista preferido de los matemáticos, muchos de los cuales han elegido sus obras para ilustrar sus manuales científicos.
Pero los grabados y dibujos de Escher, al que una exposición en el Claustro del Bramante en Roma rinde ahora homenaje con más de 130 obras, también ejercieron un efecto hipnótico en otra categoría muy distinta a la de los matemáticos: hablamos de los hippies, de los seguidores de la generación beatnik y de los adictos en general a la psicodelia. Un amor que sin embargo no fue recíproco y que con el paso del tiempo (y con el uso no autorizado y a destajo de imágenes de Escher en posters, camisetas y discos) acabaría dando paso a una auténtica aversión por parte del artista hacia toda esa gente.
Maurits Cornelis Escher siempre fue un tipo complicado y, además, con una tendencia irrefrenable hacia la depresión y la melancolía. Pero su familia era rica. Así que, para tratar de sacarle de ese estado de tristeza infinita en el que estaba encallado sus padres decidieron que unas buenas dosis de sol, de luz y de espíritu sureño podrían ser la mejor de las medicinas. Así que con 22 se lo llevaron de viaje por España (Madrid, Toledo, Granada) y por Italia (visitó Florencia, San Gimignano, Volterra, Siena, Ravello, Castrovalva).
En España ya se sabe que se quedó boquiabierto con La Alhambra y, en concreto, con la simetría de sus mosaicos, con la repetición de sus formas. Pero Italia también le hechizó, hasta el punto de que siguió viajando regularmente a ese país. En Italia, concretamente en Ravello, conoció a Jetta Umiker, la joven suiza con la que se casó en la localidad toscana de Viareggio en 1924. Para entonces ya hacía un año que Escher vivía en Roma. En total estuvo residiendo en la capital italiana 12 largos años.
La exposición en el Claustro del Bramante, que se puede visitar hasta el próximo 22 de febrero, analiza sobre todo cómo el paso por Italia de Escher contribuyó en gran medida a modelar su modo tan personal de entender el arte. De hecho, esa vertiente italiana es una de las partes más interesantes de la muestra. Pero la antología recorre otros muchos aspectos y facetas de un tipo que, al contrario de lo que uno se podía imaginar, no fue el típico empollón. Al revés: en el colegio iba mal. Luego trató de estudiar ingeniería, como su padre, pero abandonó sin conseguir sacarse el título.
Por suerte para él su familia no sólo disponía de importantes recursos económicos sino que su padre además era uno de esos hombres que pensaba que uno en la vida debe de seguir su vocación, así que nunca puso problemas a la hora de financiar la carrera artística de su hijo. Lo que explica, más allá de su odio declarado hacia todos los devotos del sex&drugs&rock'n'roll, el que Escher se permitiera el lujo de rechazar la oferta que en 1969 le hizo Mick Jagger ofreciéndole dinero a cambio de emplear una de sus obras en la portada de uno de los discos de los Rolling Stones, concretamente en 'Let it Bleed'.
"Querido Mauritius, durante bastante tiempo he tenido entre mis manos tu libro y no dejo nunca de sorprenderme cada vez que lo hojeo. Creo que tu trabajo es absolutamente extraordinario", comenzaba la carta de Jagger. Escher respondió con una escueta misiva enviada, tal como le pedía Su Satánica Majestad, a su representante y en el que rechazaba tajantemente la oferta. "Y por cierto: le ruego que le diga al señor Jagger que para él no soy Maurits, sino el señor Escher", concluía con un toque de indisimulada mala educación.
Pero aunque Escher no se licenció en matemáticas, estudió de manera autodidacta muchas de sus leyes. "Con gran fatiga", como señalaría él mismo. "Con precisión maniática", como nos cuenta Marco Bussagli, el comisario de la exposición del Claustro del Bramante, destacando en ese sentido las decenas y decenas de cuadernos en los que Escher plasmaba los estudios previos a cada una de sus obras.
El caso es que se puede estudiar la cristalografía a través de sus obras. "De hecho es uno de los mejores modos que hay", subraya Bussagli, destacando que hay cuatro leyes por las que se rige la cristalografía, que producen 32 soluciones que combinadas generan a su vez 270 formas. Pues bien: muchas de esas formas de simetría se encuentran en las obras de Escher, como lo demuestra por ejemplo el grabado 'Profundidad', que sigue el mismo sistema de simetría que el hierro.
La muestra se adentra en la peculiar relación de Escher con la cristalografía, pero también analiza su profundo interés por la naturaleza y su increíble capacidad de observar el mundo de un modo distinto. Sus dibujos de escarabajos, saltamontes, flores y charcos que pueblan la exposición así lo atestiguan. Y también le fascinaban paisajes, especialmente los montañosos, algo fácil de comprender si se tiene en cuenta que su Holanda natal es un país tan plano que con sus 112 metros el campanario de Utrech es el segundo punto más elevado del país. La exposición recoge en ese sentido los sugestivos dibujos que Escher realizó de los paisajes de las localidades italianas de Pentedattilo, Tropea, Scilla o Castrovalva, y que fueron fruto de sus viajes por Calabria y Sicilia.
Su paso por Roma está también muy presenta en la muestra. No sólo a través de los enigmáticos dibujos que hacía durante sus paseos nocturnos por la ciudad, y varios de los cuales se exhiben ahora en el Claustro del Bramante. En Roma Escher residía en la Via Poerio 122, en el tercer y cuarto piso de un coqueto edificio. En el cuarto piso tenía su estudio, donde no sólo estudiaba, dibujaba o realizaba las planchas de sus grabados, sino también estampaba. En plan casero, utilizando un método tan rudimentario como el de la cuchara de madera: en lugar de una prensa, para imprimir la imagen sobre el papel, aplicaba éste sobre la placa llena de tinta y lo golpeaba suavemente con una cuchara de madera.
De ese estudio de la Via Poerio 122 de Roma Escher dejó constancia en algunas de sus obras más famosas como por ejemplo 'Mano con esfera reflectante'. Y el propio artista diseñó el suelo de baldosas de su casa romana, en una especie de anticipación de los juegos de simetrías con los que se obsesionaría tras su visita a la Alhambra en 1936. La exposición reproduce ese suelo de su casa de Roma e incluye además dos de las baldosas originales. "¿Estáis realmente seguros de que un suelo no puede ser también un techo?", le gustaba soltar.
Porque a Escher le gustaba jugar, le maravillaban los juegos y las ilusiones ópticas, algunas de las cuales llegó a conocer de forma intuitiva y otras a través del estudio. Y también le extasiaban los objetos imposibles, esos objetos que sobre el papel parecen lógicos, posibles, pero que si tratan de llevarse a cabo en tres dimensiones no hay manera de realizarlos. La retrospectiva dedica una sala completa a esos objetos imposibles.
"Mi trabajo es un juego... Un juego muy serio", sentenció en alguna ocasión. Y la exposición del Claustro del Bramante incluye juegos, pensados para distintas alturas, para que tanto niños como adultos puedan adentrarse de manera lúdica en el complejísimo mundo de este artista. Uno de esos juegos incluso permite entrar en una obra de Escher: mediante un juego de espejos, el visitante tiene la sensación de estar suspendido en medio de uno de esos trabajos del artista que reproducen hasta el infinito un patrón.
El infinito fue también otra de las grandes obsesiones. Pero, a pesar del aire metafísico que destilan la mayoría de sus obras, Escher se declaraba ateo. Aunque en alguna ocasión aseguró que no estaría mal que existiera el punto omega, el punto de máxima complejidad y conciencia al que según el científico jesuita Pierre Teilhard de Chardin tiende el universo en su evolución. Porque en lo que desde luego Escher sí que creía era en la sacralidad de la naturaleza.
Escher abandonó Italia en 1936, con gran pesar. Tomó la decisión después de que un día del mes de febrero de ese mismo año su hijo llegara a casa vestido con el uniforme de los balilla, la organización de las juventudes fascistas, la versión mussoliniana de las Juventudes Hitlerianas. A Escher, un tipo sensible, casi le dio un soponcio. En julio dejó Italia y se trasladó con sus familia a Suiza.
Pero se llevó para siempre la impronta que Italia dejó en su arte, y de la que da buena cuenta la exposición. "Escher no era el genio autista y aislado del mundo que el estereotipo le ha colgado. Durante su estancia en Italia no sólo se relacionó con críticos y artistas, no sólo conoció el futurismo y el arte de la escuela romana sino que fue permeable a algunas influencias", sostiene Marco Bussagli.

Friday, September 26, 2014

Thomas Fisher Rare Book Library


 
 
Thomas Fisher Rare Book Library,
University of Toronto
 
 

GABRIELA MISTRAL y Liliana Baltra, profesora emérita de la Universidad de Chile, y Michael Predmore, profesor de literatura hispánica de la Universidad de Stanford en Estados Unidos

Gabriela Mistral, poeta en Nueva York

En el Instituto Cervantes se presenta hoy una versión bilingüe de Desolación, primer libro de la escritora chilena, publicado originalmente en Estados Unidos en 1922.

por Catalina Jaramillo, Nueva York
La Tercera Cultura - 25/09/2014 - 05:00



LinkedIn
0
192
Aún no publicaba libro alguno, pero su nombre llegaba a Nueva York. En febrero de 1921, el académico y crítico español Federico de Onís, profesor en la Universidad de Columbia, dio una conferencia  sobre una nueva poeta latinoamericana, desconocida, pero de primer orden, según dijo. Ante una audiencia de hispanistas y estudiantes, leyó poemas de Gabriela Mistral. Los versos ásperos,  misteriosos y de conmovedora belleza de la escritora de Elqui impresionaron  al público. Un año después aparecía en Nueva York el primer libro de Gabriela Mistral, Desolación, con el sello del Instituto de las Españas.
Fue el inicio de su trayectoria. Y marcó de alguna manera el destino de su obra, siempre más valorada en el extranjero que en Chile. Desolación se publicaría en el país después de la edición neoyorquina, en 1923. Ocurriría lo mismo con Ternura, publicado en España en 1924, y Tala, editado en Buenos Aires en 1938. Esos tres libros bastarían para convertirla en el primer autor latinoamericano premiado con el Nobel en 1945.
Noventa y dos años después de la primera edición, el Instituto Cervantes -heredero del Instituto de las Españas- lanza hoy en Nueva York una versión bilingüe de Desolación, que se convierte en su primer libro íntegramente traducido al inglés. Si bien la obra de la poeta ha sido motivo de ensayos y estudios académicos en las universidades norteamericanas, su poesía se conoce sobre todo por antologías.
“Es el libro que contiene los Sonetos de la muerte, por los cuales ganó los Juegos Florales (que la lanzaron a la fama en 1914), fue el poema que se reconoció cuando ganó el Premio Nobel y es el libro que muchos consideran su obra maestra”, dice Gloria Garafulich-Grabois, directora de Fundación Gabriela Mistral en Nueva York. “Vivimos en un mundo globalizado y para poder dar a conocer la vida y la obra de una persona tiene que estar traducido al inglés”.
Eso mismo pensaron Liliana Baltra, profesora emérita de la Universidad de Chile, y Michael Predmore, profesor de literatura hispánica de la Universidad de Stanford en Estados Unidos. Cuando Predmore leyó los Sonetos de la muerte en la casa de Mistral en Montegrande, en 2004, le dijo a Baltra: “Tenemos que traducir esto”. Y así se lanzaron a una tarea que les tomó seis años para la traducción viajando de Santiago a California y cuatro más para la publicación. 
“Yo traducía del castellano al inglés y Mike me corregía, embellecía, afinaba los versos con los diversos procesos propios de la poesía”, explica Baltra por email desde México. “Existe un prejuicio general de que la poesía no puede o no debe traducirse. Discrepo totalmente. Al traducir un poema, lo que estás haciendo, en realidad, es que lo estás interpretando en la otra lengua. La traducción se convierte en el otro yo del poema, es como su sombra”, dice la académica.
La reforma educacional
La edición publica cada poema en español enfrentado a su versión en inglés. Doris Atkinson, última albacea del legado de Mistral luego de donarlo a Chile en 2007, y sobrina de Doris Dana, pareja y secretaria de la poeta, dice que su tía era muy exigente en ese punto, por lo que está muy agradecida.
“Esta publicación va a ser una contribución esencial al entendimiento de Mistral en la comunidad angloparlante, donde ha habido muy poco disponible por mucho tiempo”, dijo Atkinson por email.
Pero ello está cambiando. La académica estadounidense Velma García, quien viajó con Atkinson a Chile en abril, está traduciendo Niña errante, su espistolario con Doris Dana, y un libro con los ensayos de Mistral sobre derechos humanos y justicia social.
Ese es uno de los aspectos que destaca la introducción hecha por los traductores de Desolación, que algunos editores rechazaron. “Era una innovadora y visionaria, constantemente comprometida con la reforma educacional”, dice. Incentivaba a sus alumnos a tener contacto con la naturaleza, luchaba por la educación de adultos de la clase trabajadora y valoraba el trabajo manual y técnico. Fueron estos atributos los que sorprendieron a José Vasconcelos, escritor y ministro de Educación mexicano, quien en 1922 la invitó a México para colaborar con la reforma educacional. Allí, dice la introducción, Mistral se sentaba a leer el diario en voz alta en las plazas para que la gente pudiera escuchar.
“La relación de Gabriela con Chile es una relación difícil, que todavía no ha sido descrita o entendida en toda su complejidad”, subraya la introducción. Agrega que Mistral fue discriminada por ciertos círculos santiaguinos por ser una extraña en una sociedad “elitista, machista y centralista”.
Sin embargo, su obra y su trabajo político fueron admirados en Estados Unidos, país donde vivió y enseñó en varias universidades, y donde finalmente murió en 1957, en un hospital de Long Island, en Nueva York.
El libro de 553 páginas, publicado por Latin American Literary Review Press, fue financiado por la Escuela de Ciencias y Humanidades de la Universidad de Stanford y los derechos de autoría son entregados a la Orden Franciscana de Chile y los niños de Montegrande, “en conformidad a la voluntad de Gabriela Mistral”. Su lanzamiento se realizará hoy, a las 19.00, en el Instituto Cervantes en Nueva York, con el patrocinio del Instituto, la Gabriela Mistral Foundation y el consulado general de Chile.

Friday, September 19, 2014

Historia mínima de Chile, del académico de la UC Rafael Sagredo

Historiador chileno: "Nuestra historia como comunidad ha sido transformada en un verdadero mito"

Con nuevos ejes y apetitos desmitificadores, asoma la Historia mínima de Chile, del académico de la UC Rafael Sagredo

por Pablo Marín
La Tercera Cultura - 19/09/2014 - 05:30
LinkedIn
0
24
El acontecer histórico chileno ha estado desde siempre, se lee en Historia mínima de Chile, “asociado a la epopeya, a las grandes acciones de carácter público, a protagonistas que inevitablemente resultan ser personajes heroicos; a lo épico, a gestas gloriosas merecedoras de ser cantadas poéticamente, dignas de recuerdo; (…) a sucesos que alcanzan la categoría de dramáticos a lo largo de la narración, siempre centrada en un héroe, individual o colectivo, cuyas hazañas merecen conocerse, transformarse en patrimonio de la comunidad, en historia, la historia de Chile. Una historia plagada de mitos, todos muy útiles para cohesionar la nación”.
La historia de Chile puede ser otra cosa, plantea Rafael Sagredo, académico de la UC y autor del libro que acaba de publicar Turner en el contexto de una serie continental de “historias mínimas”. Por lo pronto, pueden ser historias de Chile en plural, o bien, historias en Chile: una diversidad de interpretaciones, relatos, aproximaciones y objetos que testimonien el abanico social y cultural de la comunidad que los originó. Que se ajuste a su propio tiempo. Que sea sensiblemente crítica de esa otra “historia de Chile”, oficial, convencional: ésa que arrancó en 1839 con el encargo gubernamental a Claudio Gay para que cantara las glorias de la patria victoriosa ante la Confederación Perú-Boliviana.
No es Sagredo el primer historiador que mira cuestionadoramente a la república. Lo inhabitual en este caso es el formato: en menos de 300 páginas, la obra tiene elementos de síntesis, pero mal puede emparentarse con textos escolares o servir de guía para la PSU: acá las fechas, las hazañas, los nombres propios y la vértebra político institucional ceden lugar a líneas temáticas de distinta ralea (del finis terrae colonial a los esfuerzos desarrollistas, de la sociedad mestiza al orden conservador). Arranca con “los habitantes de lo más hondo de la tierra” y cierra con reflexiones acerca de las aulas (“En Chile, la educación para muchos todavía no asegura nada”) y la condición moderna: “Tal vez, la verdadera modernidad -progreso, desarrollo o, sencillamente, convivencia republicana- consista en crear la capacidad de superar los momentos de crisis sin quebrar la institucionalidad”.
¿Qué hay de nuevo en esta historia de Chile? El mismo libro se lo pregunta.
Lo más nuevo de esta historia es que muestra que nuestro pasado tiene futuro. Que la historia no es un viaje intelectual hacia atrás, sino una proyección hacia el futuro. Es un texto con una visión, una interpretación que, aspiro, sea considerada fundada y novedosa. Por ejemplo, ofreciendo la historia de aspectos esenciales para la población como la salud y la educación, los cuales no aparecen tan edificantes como la valorada trayectoria institucional.
¿Propone que esta trayectoria sea un aspecto menos central?
Nuestra trayectoria institucional, la república y el Estado, han sido exitosas: su sola existencia bicentenaria lo demuestra. Han sido ponderadas y alabadas, sobre todo por los protagonistas, las elites, que de este modo también se promueven y legitiman como detentadores del poder. Pero creo que hay que preguntarse, para complementar esa visión, qué efectos en la vida concreta de los individuos ha tenido esa trayectoria institucional tan ponderada. Así tendremos un panorama más completo y comprensivo.
¿Está denunciando un autoengaño?
Sí. El objetivo, si queremos una sociedad más democrática e inclusiva, menos desigual y violenta, es tomar conciencia de que nuestra historia como comunidad, en muchos aspectos valorable, ha sido sin embargo transformada en la “copia feliz del Edén” y en “asilo contra la opresión”, en un verdadero mito. Un mito que naturaliza las instituciones políticas y las formas sociales, la desigualdad y la jerarquía, impidiendo que las primeras se adapten a los tiempos, recojan las aspiraciones e intereses de generaciones de chilenos que han visto frustradas sus expectativas. Sobre todo si las comparan con la historia que les enseñan como historia de Chile.
¿Sugeriría un set de historias de Chile a partir de distintos ejes, antes que la vieja historia general? 
Las historias generales, las historias formadoras de naciones, las historias legitimadoras del poder, están superadas. De hecho, las que podrían sobrevivir se han transformado en conjuntos de monografías, no en relatos panorámicos y totalizadores, como alguna vez fueron.
No muy endieciochado, Sagredo viene llegando de Londres, donde hace uso de un semestre sabático. Entre otras cosas, está investigando sobre las prácticas científicas en la delimitación y demarcación de la frontera chileno-argentina a fines del siglo XIX y comienzos del XX, adentrándose así en la historia social de la ciencia. Y no anda particularmente endieciochado por estos días.
¿Cómo evalúa la relación ciudadana en estas fechas, con los símbolos patrios, las narrativas históricas y la dimensión nacional/populista? 
Cuando hace rato podemos ser ciudadanos, ejercer nuestros derechos y asumir nuestras responsabilidades, y ya no nos contentamos con sólo ser chilenos, es una fiesta que ha devenido fósil, petrificada. ¿Acaso los modelos sociales que proponen celebraciones como la del 18 son los que requieren los chilenos de hoy y del futuro? Para muchos, el 18 es sinónimo de feriado, no de nacionalidad. Resulta una celebración fosilizada, expresión de una historia que no refleja la trayectoria de los sujetos que componen nuestra comunidad y menos que dé cuenta del desenvolvimiento republicano: plural, heterogéneo y dinámico.

Circuit City Coupon
Circuit City Coupon